El incremento sistemático del empleo público se erige como una medida característica de la política económica del gobierno de Pedro Sánchez. Desde que el dirigente socialista llegó a La Moncloa, el número de trabajadores que cobran su sueldo directamente de las Administraciones ha venido creciendo a un ritmo de 18.360 nuevos contratados cada trimestre.
Aunque el gobierno de coalición conformado por PSOE y Sumar pretende presentar este desarrollo como algo positivo, los problemas asociados con esta deriva son muchos y muy serios. En primer lugar, la realidad fiscal no puede ignorarse: cada nueva plaza creada en el sector público conlleva un aumento en el gasto público, creando una carga económica que recae inevitablemente sobre los contribuyentes. Este coste fiscal creciente se traduce en un desafío cada vez mayor para la sostenibilidad financiera del Estado y que solamente se ve exacerbado en el contexto de fervor electoralista y propagandístico que caracteriza al Ejecutivo.
Además, en segundo lugar, el aumento del empleo público distorsiona la verdadera situación del mercado laboral. Al enmascarar las cifras de desempleo con contrataciones públicas, se crea una ilusión de estabilidad que puede tener consecuencias nefastas a largo plazo. La percepción de un mercado de trabajo robusto se desvanece cuando se revela que gran parte de los puestos de trabajo creados bajo gobierno de Pedro Sánchez provienen de la esfera pública, de modo que no hablamos de contratos asociados a consideraciones de eficiencia y productividad.
Resulta imperativo reconocer, en tercer lugar, que el incremento sistemático del empleo público no responde a una necesidad intrínseca de atender a una demanda en continuo crecimiento. Por ejemplo, si la natalidad se ha desplomado, ¿por qué seguimos ampliando la plantilla de trabajadores del sistema educativo público? De nuevo, un mero análisis de las necesidades de la sociedad revela que parte importante de estas contrataciones son injustificadas.
En el siguiente gráfico se puede comprobar cómo ha subido el número de empleados públicos bajo gobierno de Pedro Sánchez. Si al comienzo de su mandato (2018 T3) había 3.167.500 personas en nómina de la Administración, esta cifra asciende ahora (2023 T3) a 3.534.700 asalariados, lo que supone un incremento de 367.200 trabajadores bajo mandato del presidente socialista.
Si comparamos los datos previos a la pandemia (2019 T4) con los números posteriores a la emergencia del covid-19 (2021 T4), encontramos que la subida producida entonces fue de 222.200 efectivos, al pasar de 3.253.300 a 3.475.500 personas en plantilla.
En el siguiente gráfico se puede comprobar asimismo la tendencia a más del empleo público. En los veintiún trimestres analizados, trece estuvieron marcados por una subida del número de personas a sueldo de las Administraciones. El saldo del mandato de Sánchez arroja una subida media de 18.360 empleados públicos por trimestre.
Si comparamos estos datos con los del periodo político anterior (gobierno de Mariano Rajoy), encontramos que el tamaño de la plantilla del sector público no solamente no aumentó, sino que se redujo de 3.200.500 a 3.117.800 personas, lo que supone una reducción de 82.700 efectivos o, lo que es lo mismo, una caída media de 3.308 ocupados por trimestre.
Para poner en perspectiva el impacto de la creación de empleo, vale la pena repasar los datos generales del mercado de trabajo:
- En total, el número de ocupados ha subido en 1.370.700 personas desde 2018 T3 hasta 2023 T3.
- Sin embargo, el maquillaje estadístico del gobierno con los datos de paro asciende a 630.000 personas.
- Por lo tanto, la cifra real de ocupados sería de aproximadamente 740.700 nuevos ocupados bajo gobierno de Pedro Sánchez.
- Si a este número le restamos los casi 370.000 trabajadores incorporados por el sector público, el dato de nuevos asalariados privados se queda en otras 370.000 personas.
- Así las cosas, si depuramos el dato para descartar el maquillaje estadístico de los fijos discontinuos, encontramos que el 50% del empleo creado es público.
Además, si sumamos el empleo público y el maquillaje estadístico, encontramos que suponen 1 millón de personas, es decir, el 70% de la cifra general que maneja el gobierno.