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Yolanda Díaz y los cuatro años perdidos de la productividad: sigue por debajo de 2019

Hay 628.000 desempleados ocultos en las estadísticas oficiales. El paro de larga duración ya es el 44% del total.

Hay 628.000 desempleados ocultos en las estadísticas oficiales. El paro de larga duración ya es el 44% del total.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, | EFE

El Instituto EY-Sagardoy acaba de publicar su informe trimestral de análisis del mercado de trabajo. El documento arroja luz sobre algunos de los patrones que se vienen observando en el ámbito laboral pero que siguen fuera del discurso y del relato de un gobierno obsesionado con trasladar la idea de una inexistente bonanza económica.

Hay dos cuestiones especialmente problemáticas que deberían invitar a la reflexión. La primera es la evolución de la productividad, que sigue por debajo de los niveles previos a la pandemia; la segunda es el maquillaje estadístico que se ha venido aplicando por parte del Ministerio de Trabajo desde la entrada en vigor de la contrarreforma laboral de Yolanda Díaz.

Vayamos por partes. Como vienen denunciando las empresas, cuyos beneficios están por debajo de las cotas alcanzadas antes de la pandemia, la productividad de los trabajadores españoles evoluciona de forma negativa. Si medimos el PIB por hora, encontramos que apenas ha habido mejora desde 2019, puesto que la subida es de apenas un 0,8% en un periodo que ya abarca cuatro años, de modo que el ritmo de aumento sería casi inexistente, del 0,2% por ejercicio.

De hecho, si establecemos otros indicadores de control, podemos ver que la productividad está por debajo de los niveles alcanzados antes de la pandemia, en 2019. Por ejemplo, si relacionamos las horas con el número de ocupados, el descenso es del 2,1%, mientras que comprando el PIB generado con el número de ocupados apreciamos una caída que ya alcanza el 1,3%.

Así lo refleja el siguiente gráfico:

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El paro registrado sigue una senda bajista, pero está distorsionado por el maquillaje estadístico que introdujo la contrarreforma laboral de Yolanda Díaz. Si consideramos la situación de los fijos discontinuos en periodo de inactividad, los afectados por ERTE o las personas que cobran prestación estando en situación de colaboración social, encontramos que hay 3.387.000 parados efectivos, frente a los 2.759.000 desempleados oficiales. La brecha entre los datos del gobierno y la realidad del mercado de trabajo ya asciende a 628.000 personas. Lo vemos en el siguiente gráfico:

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Las muchas sombras del mercado laboral

Por otro lado, incluso si tomamos como referencia los datos oficiales, encontramos que el incremento de las horas trabajadas fue menor que el del número de ocupados. De hecho, el aumento de las horas totales trabajadas es casi inexistente, con una subida casi inexistente del 0,1%. Así queda reflejado en el siguiente gráfico:

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Otros datos negativos que no se pueden pasar por alto son el aumento de la tasa de paro (hasta rozar el 12%), la desaceleración salarial (del 4,8% al 4,3% en términos interanuales y bajo una fuerte subida de precios), el fuerte crecimiento del paro de larga duración (que ya supone el 44% del total de personas sin empleo) o el hecho de que la tasa de vacantes está en máximos de los trece últimos años.

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