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Milei vs Sánchez en Davos: uno homenajea a las empresas y el otro las machaca

Milei le dedicó a la comunidad empresarial un todo homenaje a su labor. Hasta les felicitó por ganar dinero. Sánchez optó por lo contrario.

Milei le dedicó a la comunidad empresarial un todo homenaje a su labor. Hasta les felicitó por ganar dinero. Sánchez optó por lo contrario.
Javier Milei y Pedro Sánchez | EFE

La oda al capitalismo y a la libertad que hizo Javier Milei el pasado miércoles en Davos pasará a la historia. El presidente argentino cumplió su promesa y plantó cara al Foro Económico Mundial desde la tribuna. En el propio terreno del evento que reúne todos los años a las élites económicas y políticas mundiales, Milei rompía todos sus esquemas.

El primer presidente del mundo que se define como "liberal libertario" empezó su discurso con una seria advertencia: "Occidente está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo, y en consecuencia, a la pobreza".

Las lecciones, la batería de datos y las referencias históricas que Milei dejó durante los 23 minutos que duró su discurso convirtieron su ponencia en una auténtica clase magistral de economía y totalmente contraria al espíritu de Davos. En los últimos tiempos, este foro se ha plagado de ideas que pretenden modificar o poner coto a los hábitos de ciudadanos y empresas (siempre en aras del bien común, claro está). La Agenda 2030 que desde allí se promueve es el mejor ejemplo el ambiente liberticida que allí se registra. Pero Milei se saltó el guion.

Homenaje de Milei a los empresarios

Del discurso del argentino también destacó la parte dedicada a los empresarios. Milei le dedicó a la comunidad empresarial un todo homenaje a su labor, un detalle que tampoco suele ser nada habitual entre los políticos, que están más acostumbrados a exigirles cambios, impuestos o amenazarles con todo tipo de regulaciones. Sin embargo, Milei les felicitó por ganar dinero.

"Quiero dejarle a un mensaje a los empresarios aquí presentes y a los que nos están mirando desde todos los rincones del planeta. No se dejen amedrentar. No se entreguen a una clase política que lo único que quiere es perpetuarse en el poder. Ustedes son benefactores sociales. Ustedes son héroes. Ustedes son los creadores del periodo de prosperidad más extraordinario que jamás hayamos vivido. Que nadie les diga que su ambición es inmoral. Si ustedes ganan dinero es porque ofrecen un mejor producto a un mejor precio,
contribuyendo de esa manera al bienestar general. Ustedes son los verdaderos protagonistas de esta historia, y sepan que a partir de hoy, cuentan con un aliado inclaudicable en la Republica Argentina" declaró un apoteósico Milei.

En este sentido, el argentino siguió derribando mitos de la izquierda. Durante su exposición citó a célebres como Milton Friedman, que explicaba que "el capitalista es un benefactor social que, lejos de apropiarse de la riqueza ajena, contribuye al bienestar general. Este es el modelo que nosotros estamos proponiendo para la Argentina del futuro".

Milei también recordó que "el mercado es un proceso de descubrimiento en el cual el capitalista encuentra sobre la marcha el rumbo correcto". Eso sí, cuando los políticos interfieren, el resultado es nefasto. "El Estado castiga al capitalista por tener éxito y lo bloquea en este proceso de descubrimiento, destruye sus incentivos, y la consecuencia de ello es que va a producir menos y la "torta" será más chica, generando un perjuicio para el conjunto de la sociedad. El colectivismo, al inhibir estos procesos de descubrimiento y al dificultar la apropiación de lo descubierto, ata al emprendedor de las manos y le imposibilita producir mejores bienes y ofrecer mejores servicios a un mejor precio" advirtió.

Y Sánchez los amenaza...

El mismo día que Milei se arrasaba en Davos, le tocó el turno de intervenir y de dar varias entrevistas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Como era de esperar, el discurso de Sánchez se situó en las antípodas ideológicas de su homólogo argentino.

En lo referente a las empresas, el líder socialista clamó, directamente, por más intervención estatal en las compañías privadas. Así lo exigía en una entrevista en Bloomberg, en la que anticipaba que su Gobierno tendría un "papel" todavía mayor en las empresas que operan en nuestro país y presumía de la reciente entrada del Estado en el capital de Telefónica.

Lejos de ensalzar la labor empresarial, Sánchez optó por el camino contrario en Davos. El líder del PSOE exigió a los responsables de las compañías que operen como una suerte de ONG. Les pidió que "se impliquen. Ayúdennos a dar a la gente una vida mejor. No nos traguemos los viejos postulados neoliberales que presentan al estado como un ente puramente extractivo que no genera valor o que afirman que la única responsabilidad de las empresas es aumentar los beneficios de sus accionistas".

Lejos de reconocer el papel fundamental que ejercen las empresas por el progreso, Sánchez se lo atribuyó al Estado. "Ustedes lo saben. Saben que las empresas necesitan a los gobiernos para innovar y crecer. Y que si las empresas no trabajan juntas, si no alinean sus intereses con los de la sociedad en su conjunto, no podremos superar los grandes retos de nuestro tiempo. Y esto repercutirá en sus empresas" avisó. Sánchez llegó a señalar que "España es un paraíso para aquellas empresas que quieran prosperar a través de la innovación, el talento, la energía limpia y barata, la estabilidad institucional e infraestructuras de primera línea. Para las empresas que quieran enriquecerse creando valor real y pagando un nivel justo de impuestos". En definitiva, el mensaje podría resumirse en que sólo le irá bien a las empresas en España que cumplan con los postulados del Gobierno.

El remate de la estrategia empresarial de Sánchez en Davos fue el esperpéntico encuentro que tuvo el presidente del Gobierno con los empresarios del Ibex 35 en una inhóspita sala del lugar donde se celebraba el evento. Las caras largas de los grandes directivos eran evidentes. El mismo día, en España, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ponía la guinda antiempresarial del actual Ejecutivo proponiendo la intervenir los salarios de los directivos de las empresas por considerarlos "elevadísimos". Milei por un lado y Sánchez y Díaz por otro: dos formas antagónicas de hacer política.

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