Podríamos decir que la medida estrella de Yolanda Díaz durante esta legislatura consiste en forzar a las empresas a reducir la jornada de su plantilla. Eso sí, pagándoles lo mismo. Al menos, es la idea a la que más publicidad está dando. Lo que pretende la fundadora de Sumar es cambiar el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores para que ya este año la ley impida trabajar más de 38,5 horas a la semana y que, en 2025, ese tope se reduzca a 37,5 horas en lugar de las 40 actuales. Así lo ha pactado con Pedro Sánchez.
Los empresarios ya han puesto el grito en el cielo porque la medida supondrá un aumento "encubierto" de sus costes. Mientras tanto, la ministra de Trabajo defiende que su idea mejorará "la compatibilidad del tiempo de trabajo" de los ciudadanos con "el resto de los usos del tiempo". Díaz ha creado el concepto de "usos del tiempo" para referirse a cuestiones tan personales como "el reparto equilibrado de las tareas de cuidados, la formación, el ocio o la participación social".
La responsable del departamento de Trabajo viene insistiendo en que "hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar", por eso también ha pactado con el PSOE "seguir avanzando en la disminución de la jornada legal". La intención última de Sumar es convertir la jornada laboral máxima en 32 horas semanales (esto sería la semana de 4 días). Según Díaz, reducir las horas de trabajo pagando el mismo sueldo al empleado "mejora su productividad", un argumento que no ha podido sostener con ningún dato. De hecho, es precisamente el aumento de la productividad lo que consigue reducir las horas de trabajo en las empresas (y sin imposición estatal) .
¿Es verdad que trabajamos tanto?
Pero, tal y como afirma la ministra, ¿es verdad que los españoles trabajan tanto que no tienen tiempo libre para vivir?¿cuántos empleados en España trabajan realmente 40 horas o más? Son cuestiones que tienen respuestas con muchos matices.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que, sólo en la Encuesta de Población Activa (EPA) hay numerosas variables para medir las horas trabajadas a la semana en el empleo principal: horas efectivas, horas habituales, horas extraordinarias, horas pactadas... Hasta ahora, el término "horas efectivas" de trabajo era el mas usado, sobre todo, teniendo en cuenta el largo periodo de tiempo que ha tardado España en recuperar las horas de trabajo perdidas tras la pandemia y el gran número de publicaciones que se han llevado a cabo al respecto.
Si tenemos en cuenta la EPA del último trimestre del año, que publicó el INE el pasado viernes, el resultado es revelador. El número medio de horas efectivas semanales trabajadas en el sector privado fue de 30,9 horas (en el cuarto trimestre de 2018 era de 32,9 horas y hace una década de 33,5 horas), una cifra que está muy lejos de las 40 horas que contempla el estatuto de los Trabajadores y de las que pretende salvar Díaz a los ciudadanos.
Eso sí, hay que tener en cuenta que la categoría de horas efectivas incluye "los cortos períodos de descanso en el centro de trabajo, incluidas las pausas para el bocadillo inferiores a una hora", pero no incluye "las vacaciones, días festivos, ausencias por enfermedad y otros motivos pagados". Es decir, podríamos considerar que el término hora de trabajo efectiva es el que más se asemeja al significado de "trabajar", aunque no incluya todos esos derechos o beneficios que obtiene cualquier empleado que firma un convenio de 40 horas semanales.
Otro resultado interesante son las horas efectivas trabajadas por los autónomos, que por supuesto, se quedarán fuera del plan de reducción de jornada de Yolanda Díaz. Los trabajadores por cuenta propia cerraron el año trabajando una media de 38,6 horas semanales, menos que las 41,4 horas semanales de hace 10 años. De nuevo, en estas 38,6 horas no están incluidos sus días de descanso o si se ponen enfermos.
¿Y es bueno que los autónomos trabajen más horas o es malo? Pues habría que compararlo con sus ingresos porque el resultado anterior podría tener dos explicaciones completamente diferentes: o bien trabajan menos porque son más productivos en su actividad o bien trabajan menos porque su negocio ha disminuido.
El caso de las horas que trabajan los empleadores también es muy significativo dentro de esta particular radiografía del mercado laboral. Como era de esperar, son los dueños de las empresas los que más horas dedican a trabajar y no sus (para algunos) "explotados" trabajadores. En este caso, 41,6 horas de media. De esta realidad no quiere oír ni hablar Yolanda Díaz.
La lacra del absentismo
Según datos estimados por el Ministerio de Trabajo "a partir de la estadística de convenios colectivos", 12 millones de trabajadores se beneficiarán de la reducción forzosa de la jornada a 37,5 horas y media. Otros estudios, como el último de BBVA Research, reducen esta cuantía a 8 millones de personas, el 53,6% del total.
Para llegar a esa cifra, el servicio de estudios de BBVA ha cogido los datos de la EPA de los asalariados que "han trabajado en la semana de referencia y conocen tanto su jornada efectiva como pactada". Es decir, no han tenido en cuenta, por ejemplo, las horas de trabajo que no se realizan por las vacaciones. Bien es cierto que si una persona está de vacaciones, la empresa le sigue pagando, por lo que desde el banco calculan que el plan de Díaz supondrá un aumento de los costes laborales para las empresas que "restaría en torno a 6 décimas al crecimiento medio anual del PIB durante el próximo bienio y 8 décimas al del empleo".
Otro aspecto que podría estar relacionado con la caída de las horas efectivas de trabajo es el absentismo laboral, un fenómeno al alza en España y que lastra sobremanera la productividad. Según los últimos datos de Randstad Research, en el tercer trimestre del año, un total de 1,27 millones de personas no acudieron a su puesto de trabajo de promedio diario, de las cuales un total de 995.626 se encontraban de baja médica, el doble que hace 10 años. "La comparativa con los resultados obtenidos hace un año dibuja un escenario más preocupante al registrar crecimientos superiores al 10% tanto de la personas que se ausentaron de su puesto de trabajo en general como las que lo hicieron por baja médica" señala el documento. Con estos resultados cabe volver a preguntarse, ¿realmente trabajamos tanto?