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La nueva España: más del 18% de sus habitantes ha nacido en el extranjero

En los últimos veinte años, se ha triplicado el porcentaje de población de fuera de nuestras fronteras. Y lo normal es que la tendencia se mantenga.

En los últimos veinte años, se ha triplicado el porcentaje de población de fuera de nuestras fronteras. Y lo normal es que la tendencia se mantenga.
El ministro de Política Territorial, Ángel V. Torres, y la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, esta semana en Madrid. | EFE

El 18,1% de los actuales habitantes de España nació en el extranjero. Hablamos de 8,8 millones de personas y supone haber multiplicado por tres el porcentaje que había hace apenas 20 años (5,7%). Pocos países han visto un incremento tan pronunciado de este dato en tan poco tiempo. De hecho, España, que comenzaba el siglo por debajo de la media de los países ricos de la UE en cuanto a la inmigración, ya está por encima de esa misma media. Y, salvo un cambo de tendencia que ahora mismo es muy complicado anticipar, lo normal es las cifras sigan creciendo con fuerza al menos hasta mediados de siglo.

Esta semana, Funcas publicaba su informe "Focus on spanish society 2024", con un capítulo dedicado al crecimiento de la inmigración. Y los principales datos (tomados de las grandes cifras demográficas del INE) son muy llamativos.

En primer lugar, tenemos esa cifra del 18,1% con la que comenzábamos este artículo. Que en sí misma ya es elevada, porque supone que casi 1 de cada 5 habitantes de nuestro país ha nacido en el extranjero. No es muy habitual encontrar un porcentaje tan elevado. Por ejemplo, incluso en el EEUU de comienzos del siglo XX, el porcentaje de población nacida en el extranjero nunca superó el 15% del total. Es cierto que en la Europa actual sí hay países con porcentajes mucho más elevados. Por ejemplo, Luxemburgo, Malta y Chipre lideran la clasificación (tres países que, en cualquier caso, tienen cada uno circunstancias muy especiales). Y también Irlanda, Austria, Suecia, Alemania o Bélgica superan las cifras de España. Pero el caso español llama la atención por la rapidez con la que se ha producido el cambio; si todo sigue igual, lo normal es que sigamos escalando puestos en la lista y para 2040-2050 estemos entre los países con más población nacida en el extranjero.

Porque, además, los extranjeros en España son más jóvenes, de media que en otros lugares. El 41,8% de los mismos tiene entre 25 y 44 años (frente al 36,8% de media en la UE). También podemos ver lo que esto significa con el siguiente gráfico, que desagrega el porcentaje de población nacida en el extranjero sobre el total de habitantes en España según su grupo de edad. Como vemos, cerca del 30% de los habitantes de nuestro país que tienen entre 25 y 40 años ha nacido en el extranjero.

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Lo normal es que estos porcentajes vayan incrementándose, al menos en las próximas dos décadas: porque a todos estos inmigrantes que ya viven en España se irán sumando los que vayan llegando. Es fácil anticipar que en la década de los 40, cerca de la mitad de las personas de 40-50 años que vivan en nuestro país habrán nacido en el extranjero.

No sólo eso, según los datos de la Fundación Renacimiento Demográfico, el 36,7% de los niños nacidos en España en 2022 tenían un padre o madre nacido en el extranjero (en muchas ocasiones, los dos). Evidentemente, estos bebés no computan como "nacidos en el extranjero", porque vinieron al mundo en un hospital español. Pero también apuntan a ese cambio demográfico del que hablamos: ahora mismo cerca del 40% de los recién nacidos tiene un padre que, a su vez, nació en el extranjero; y lo normal es que sigan llegando decenas de miles de inmigrantes en los próximos años; por lo tanto, en 2040-45, la mitad (aproximadamente) de los veinteañeros-treintañeros españoles será extranjero o hijo de extranjero. Pocas veces una sociedad habrá visto un cambio tan profundo en un espacio de tiempo tan corto.

Tres apuntes más sobre lo que esto supone:

  • En primer lugar, ese 18,1% de la población nacida en el extranjero no se distribuye de forma homogénea por todo el territorio. Hay regiones con un porcentaje bastante más elevado (Baleares, 27%, Cataluña 24%, Madrid 24%). Enfrente, Extremadura (6%), Asturias (10%) y Castilla y León (11%) tienen las cifras más reducidas. Esto tiene implicaciones en el resto de fenómenos apuntados anteriormente: por ejemplo, en las cuatro provincias catalanas, el porcentaje de neonatos con un padre nacido en el extranjero supera el 45% (Gerona encabeza el ranking español, con un 53% de recién nacidos que tiene al menos un progenitor no nacido en España)
  • En segundo término, hablamos de "población nacida en el extranjero" y no de "extranjeros" porque hay un porcentaje significativo de nacionalizados. En concreto, el 32% de aquellos que nacieron fuera de nuestras fronteras tienen ya la nacionalidad española. Esto es importante, por ejemplo, a la hora de analizar las estadísticas: en las mismas aparece que el 13,4% de la población es "extranjera"; pero si medimos por "nacidos en el extranjero" nos vamos al 18,1%.
  • Por último, España muestra también un reparto de la población nacida en el extranjero según su origen diferente al de otros países. En nuestro país, el porcentaje de los inmigrantes que provienen de Sudamérica es muy superior al que tienen en el resto de Europa (sólo Portugal o Italia tienen cifras similares, aunque más bajas normalmente, de inmigrantes de esta región). Esto también se refleja en las nacionalizaciones, en las que los sudamericanos destacan muy por encima de lo que es normal en otros países europeos (algo en lo que ayuda también la legislación, que permite la obtención de la nacionalidad de forma mucho más sencilla para los inmigrantes de estos).

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