Hace poco más de un mes, la empresa Tenáridos, de la constructora canaria Satocan, solicitó a la Dirección General de Industria del Gobierno canario un permiso de investigación de tierras raras en Fuerteventura, a los que ha sumado dos peticiones más. Las solicitudes llegaban tras años de investigación en la zona de un equipo científico de las universidades de La Laguna y Las Palmas, que determinó la existencia de concentraciones "interesantes", sobre todo en Fuerteventura pero también en Tenerife, La Palma y Gomera, de unos minerales con múltiples usos tecnológicos esenciales en nuestra vida diaria y muy especialmente en las denominadas energías verdes.
Sin embargo, la noticia de prometedores yacimientos de unas materias primas de las que Europa depende casi al cien por cien de China ha despertado recelos entre políticos, vecinos y ecologistas, a pesar de que por el momento, la empresa sólo quiere averiguar qué riqueza existe realmente tras los "indicios" hallados por los expertos. Este mismo fin de semana, la prensa local se hizo eco de la celebración de una "cadena humana" en una playa del municipio de Ajuy, en contra del proyecto; en paralelo, el Cabildo de Fuerteventura, gobernado por Coalición Canaria, y los seis ayuntamientos de la isla (Pájara, La Oliva, Puerto del Rosario, Antigua, Betancuria y Tuineje) celebraron una reunión para protestar por las investigaciones solicitadas.
Los políticos aliados contra la investigación en tierras raras alegaron que iban a luchar "contra aquellos que vienen a destrozar nuestro territorio", avisando de que darían "pasos firmes" para detener lo que consideran "una agresión" contra la isla de Fuerteventura, Añadieron, entre otras cosas, que se trata de "una actividad contraria al modelo de isla que queremos para Fuerteventura ante la que debe prevalecer la protección del medio y el binomio turismo-sostenibilidad", una postura que de momento se ha traducido en la presentación de alegaciones contra el proyecto y de una moción en contra.
El proyecto de la empresa
Mientras el ruido en torno a la investigación crece en la isla, la empresa detalla en su solicitud en qué va a consistir la investigación que piden emprender en los próximos tres años, negando que vaya a tener efecto alguno en el territorio. El objetivo, destacan, es precisar cuál es "la concentración de tierras raras" en "tres posibles yacimientos" y "el volumen de carbonatitas explotables (la roca de la que se extraerían los minerales). "La combinación de ambas variables determinará la viabilidad de cada yacimiento", señalan enumerando las técnicas de investigación que van a utilizar, "todas ellas no invasivas" y destinadas a analizar "características de los materiales del subsuelo desde la superficie y sin penetrar en él".
Entre ellas, están técnicas geofísicas para medir "propiedades físicas naturales del suelo" como el campo magnético, la radiación gamma natural y la densidad de las rocas. Citan mediciones radiométricas (con un espectrómetro), magnéticas (sin usar "ningún producto químico ni de otra naturaleza") y gravimétricas (para comprobar las diferencias en la gravedad de las distintas rocas de forma "completamente pasiva" y sin "alteración del entorno").
También efectuarán "análisis geoquímicos in situ", sin "generar residuos ni utilizar reactivos químicos" y efectuarán "sondeos puntuales" que consistirán en perforaciones en el terreno mediante brocas con "diámetros inferiores a 85 milímetros". "El único elemento químico utilizado en la perforación de un sondeo es el agua, para evitar la poca emisión de polvo que pueda generarse", señalan. Mencionan, por último, "vuelos exploratorios con drones" para "elaborar un modelo geológico del terreno en 3D" y el uso de un Láser Escáner para efectuar un "barrido frontal del terreno de gran definición".
Datos frente al "miedo"
Científicos que han trabajado durante años en el terreno insisten en que la investigación que solicita la empresa tiene una "afección nula en el territorio". El profesor de Física Aplicada de la Universidad de La Laguna Jorge Méndez , al frente del programa que estudió las tierras raras en la superficie de las islas, señaló en su día a LD la importancia de "saber lo que se tiene" para en el futuro poder tomar decisiones, ya sea preservar los yacimientos o explotarlos, y apuntó que el daño ambiental de estos trabajos sería nulo: "Lo más invasivo" de lo que se va a hacer, relató, es "literalmente" sacar "un testigo con un taladro de mano".
En cuanto a una hipotética explotación en el futuro, Méndez aboga por "acabar con la doble moral" y "abrir un debate serio" sobre una actividad minera "responsable" y respetuosa con el medio ambiente que, destaca, ya está pidiendo Europa, en alusión a la recién aprobada Ley Europea de Materias Primas Críticas y que tiene entre sus objetivos cuantificar los recursos europeos e impulsar una minería "sostenible" para reducir la dependencia de terceros países con una legislación ambiental mucho más laxa.
"Sin información y sin investigación es imposible tomar futuras decisiones", destaca el profesor en alusión a las reacciones, lamentando las barbaridades que se están diciendo en torno a este asunto. "Frente a la desinformación y el miedo, lo mejor son los datos y la rigurosidad", indica.