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Una pareja de físicos jubilados lidera una revolución pronuclear en Suiza y lanza un aviso a España

Dos científicos octogenarios han impulsado una recogida de firmas para un referéndum pronuclear que permita construir nuevas centrales.

Dos científicos octogenarios han impulsado una recogida de firmas para un referéndum pronuclear que permita construir nuevas centrales.
La entrega de las firmas en el parlamento suizo contra el apagón nuclear. | Imagen TV

En medio del giro pronuclear en el que están inmersos muchos países, Suiza está del lado de los que quieren abandonar para siempre la energía atómica. A imagen de Alemania, el accidente de Fukushima llevó al país a frenar su sector nuclear y decretar, por un lado, el cierre paulatino de las centrales del país (que cuenta con tres), y por otro, la prohibición de construir nuevos reactores.

Aunque en un primer momento se apuntó a 2034 como la fecha en que se clausuraría la última central, hoy por hoy el compromiso es que las centrales podrán seguir operativas "el tiempo en que las autoridades nucleares las vean seguras". Mientras, por ley permanece prohibida la concesión de licencias para la construcción de nuevas centrales y también acometer grandes inversiones en las centrales actuales más allá de las que busquen garantizar su operación.

La situación, sin embargo, podría cambiar pronto gracias a la iniciativa de una pareja de físicos jubilados. Irene y Simon Aegerter están al frente de una campaña con el título Stop the blackout que alerta de la dependencia energética del país y que aboga por eliminar los vetos a cualquier opción que ayude a la soberanía energética de Suiza y conjure el riesgo de grandes apagones. En concreto, la propuesta pide que la Constitución incluya un artículo que señale que "debe garantizarse el suministro eléctrico", que el Gobierno ha de hacerse responsable de ello, y que para garantizarlo puede recurrir a cualquier fuente energética respetuosa con el medio ambiente y el clima, una fórmula que abre la puerta a la nuclear por no generar emisiones.

Según señala a LD la organización, la idea surgió en una fiesta de verano de los Aegerter en la que hablaron de "qué podían hacer para que Suiza volviera a replantearse la energía nuclear". Un político también jubilado les propuso la fórmula de la iniciativa popular, una herramienta que permite a cualquier ciudadano proponer cambios constitucionales siempre que alcance la cifra de 100.000 apoyos. "Los Aegerter respondieron: ¡hagámoslo!", cuentan. Sumando a voces de la política, la ciencia y las finanzas impulsaron la campaña, con la que lograron presentar ante las autoridades suizas 129.000 firmas que podrían "forzar un referéndum" sobre la energía nuclear.

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La entrega de firmas | Blackout Stoppen

Los dos científicos están dedicando los últimos años de su vida a impulsar la energía nuclear en su país: tras la aprobación de la ley que prohibía la construcción de nuevos reactores fundaron el Club suizo de la Energía después de una vida dedicados al sector. Simon Aagerter, de 85 años, fue físico jefe en la sección nuclear del Ejército antes de convertirse en empresario; Irene, de 83 años, fue jefa de comunicación de la Asociación de Empresas Eléctricas Suizas y creó la asociación internacional Women in Nuclear, con delegación también en España.

La pareja y los políticos y empresarios que les acompañan defienden la energía nuclear como fórmula para garantizar una producción suficiente para un país importador neto de energía y en el que la nuclear sigue suponiendo casi un 30 por ciento de su generación eléctrica. "Suiza necesita una fuente de energía "segura, neutra con el clima, con un coste razonable y libre de dependencias", señalaron al presentar las firmas, reclamando que todas las puertas vuelvan a estar abiertas y "pueda volver a discutirse la construcción de nuevas centrales".

Aviso a España: "Un grave error"

La asociación señala a LD que la opinión pública suiza ya está cambiando: "El tema de la energía nuclear aparece más a menudo en medios y se están poniendo sobre la mesa sus ventajas. Insisten en que para Suiza es particularmente importante contar con un sistema de suministro "fiable, especialmente en invierno".

Irene Aagerter recuerda, en declaraciones a este periódico, cómo tras el último portazo a la nuclear el tema se convirtió "en un tabú entre políticos y empresarios" en su país, algo que le "entristeció profundamente" y les llevó a ella y a su marido a fundar el Club suizo de la Energía con el objetivo de "criticar la política energética". "Las centrales nucleares pueden ser una energía de respaldo para la eólica y la solar", enfatiza la científica recordando que "el sol se pone cada noche, incluso en España, por lo que necesitamos baterías o sistemas de almacenamiento". Su asociación arrancó distribuyendo folletos a favor de la nuclear y finalmente la iniciativa desembocó en la actual recogida de firmas, rememora.

La sociedad suiza, destaca, ya ha votado cinco veces (en 1979, 1984, 1990, 2003 y 2016) sobre la eliminación o la limitación de la vida útil de las centrales y "siempre lo ha rechazado". Ahora, celebra, "el pueblo suizo podrá votar por sexta vez" sobre la Ley de Energía y el freno impuesto a esta tecnología.

Respecto a los planes españoles, tan parecidos a los suizos, Aagerter señala que en su opinión "constituyen un error y perjudicarán la economía en España". "Alemania, que ya lo cometió, comienza a arrepentirse: en 2023 importó por primera vez más energía que la que exportó. Esperemos que por el interés de los españoles, los políticos den marcha atrás", apuntan desde la asociación. Mientras, la científica suiza celebra que ya hay movimientos en España en defensa de las centrales recordando cómo Jóvenes Nucleares "ha defendido recientemente que la central de Almaraz no se cierre" y cómo la sección española de Women in Nuclear está luchando contra la clausura de las centrales.

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