
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de Pedro Sánchez sigue con su empeño en ser más verdes que nadie. Y, con ese objetivo, ahora pretende acelerar e incentivar el cambio de los camiones a combustibles verdes.
Para ello, el Gobierno ha dado una vuelta de tuerca, por medio de una nueva orden ministerial, a su impulso de "la energía renovable para desarrollar el mecanismo de fomento de biocarburantes y otros combustibles renovables con fines de transporte".
La orden en cuestión "establece las bases para alcanzar el objetivo de renovables de 2030 e incluye por primera vez los sectores de la aviación y la navegación, así como el biogás, el hidrógeno y otros combustibles renovables de origen no biológico, primándolos frente al transporte por carretera y los biocarburantes tradicionales". La nueva norma, "igualmente, refuerza y flexibiliza el Sistema de Certificación de Biocarburantes que permite realizar los cálculos para el cumplimiento de los objetivos anuales de combustible renovable en el transporte".
La clave se encuentra en que la regulación europea establece que la energía renovable debe representar al menos un 29% de la demanda para transporte al final de la década. Y el ordenamiento jurídico español establece ahora una senda creciente de penetración para cumplir ese objetivo, centrada hasta ahora en biodiésel y bioetanol" y marcar pasos intermedios: "Por ejemplo, deben alcanzar un 12% en 2026. Los operadores al por mayor de productos petrolíferos deben incorporar estos biocarburantes en el mercado, de un modo proporcional a sus ventas, o abonar una compensación económica si no alcanzan el objetivo", señala la documentación de la nueva norma.
La orden publicada "potencia las energías renovables en el transporte, en detrimento de los combustibles fósiles, introduciendo varias mejoras, entre ellas la trasposición de varias disposiciones europeas con anticipación a los horizontes de aplicación previstos en ellas".
De este modo, "a partir de 2025, el biogás, el hidrógeno y los combustibles renovables de origen no biológico (RFNBO, según sus siglas en inglés) podrán computar para el cálculo de cumplimiento de los objetivos, junto con el biodiésel y el bioetanol, pero para fomentar la producción y el consumo aquellos, cada unidad energética puesta en mercado se valorará el doble que la de éstos".
Y a partir de este 2024 se incluyen en el cálculo de dichos objetivos europeos "los sectores de la aviación y la navegación, junto con el transporte por carretera, pero cada unidad energética consumida en el aire o en el mar tendrá un multiplicador de 1,2 sobre la consumida en tierra firme, incentivando la producción de combustibles renovables en sectores de difícil electrificación".
El Gobierno asegura que "estas medidas refuerzan la seguridad jurídica y potencian los proyectos en curso en España, en ámbitos como la producción de combustible de aviación, donde se prevé una capacidad de 1,6 millones de toneladas para 2030, o de e-metanol para buques, con varias iniciativas que convertirán los puertos españoles en referentes internacionales".
La orden, además, incorpora otro golpe: "Elimina la posibilidad de cumplir los objetivos de renovables en transporte mediante el consumo de biocombustibles obtenidos a partir de materias primas con alto riesgo de cambio de uso de la tierra a partir de 2025".