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Fedea desarma punto a punto el cupo catalán: "Aumentarán los impuestos o habrá recortes"

El think tank considera que el acuerdo "será muy negativo desde el punto de vista del interés general. Habrá claros ganadores y perdedores".

El think tank considera que el acuerdo "será muy negativo desde el punto de vista del interés general. Habrá claros ganadores y perdedores".
Pedro Sánchez y María Jesús Montero | Libertad Digital

"La tesis del Gobierno de que el acuerdo con ERC puede servir de base para una reforma del sistema de financiación que beneficie a todas las partes no es creíble". Esa es la principal conclusión del informe que Fedea publicó ayer lunes, y que tumba punto a punto el reciente pacto entre el PSOE y los independentistas para sacar a Cataluña del régimen común.

El think tank de Ángel de la Fuente, donde son especialistas en todo lo referente al sistema de financiación autonómica, critican "las parcas explicaciones que el Gobierno ha ofrecido hasta el momento sobre lo pactado", que "no van mucho más allá de la invitación a leer el acuerdo con atención" a lo que hay que sumar "la negación de que (pese a las evidentes similitudes entre ambos) el sistema propuesto para Cataluña sea equiparable al régimen de concierto (o convenio) económico del que disfrutan el País Vasco y Navarra.

A estos despropósitos hay que añadirle una gran mentira: "La insistencia en que la propuesta no sólo preservará la solidaridad interterritorial sino que, de hecho, mejorará la situación de todas las comunidades autónomas y no sólo la de Cataluña" señala el documento del think tank.

El economista Ángel de la Fuente ha dividido el acuerdo que pretende entregar a Cataluña el 100% de los impuestos en tres bloques. Son los siguientes:

1- El diagnóstico de la situación de partida

Fedea considera que es "muy discutible la tesis de que Cataluña sufre una infrafinanciación crónica que le impide llevar a cabo las políticas sociales y de inversión que necesita", como aparece en el texto suscrito por PSOE y ERC.

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2- La parte más clara del acuerdo

Para Fedea, "la parte más clara de la propuesta tiene que ver con la gradual cesión a la Generalitat de todas las competencias del Estado en materia de gestión tributaria, que se pretende total y sin matices, así como de los medios materiales y personales necesarios a tal efecto (los de la Agencia Tributaria estatal en Cataluña) y de la titularidad en primera instancia de los rendimientos de los tributos estatales, que deberá traducirse en un incremento sustancial de los recursos de la Generalitat". Así, lo contempla también el acuerdo publicado hace 6 semanas.

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3- Un sistema "muy parecido" al cupo

En contrapartida por la cesión total de los impuestos estatales, Cataluña promete hacer dos aportaciones a la caja del Estado. La primera "serviría para cubrir el coste de los servicios que el Estado siga prestando, aunque no queda muy claro si se trataría sólo de los que se producen físicamente en Cataluña o también de (la parte alícuota de) aquellos que beneficien a sus residentes, aunque se produzcan fuera de su territorio" matiza Fedea.

La segunda "sería una cuota de solidaridad para contribuir a complementar la financiación de otros territorios de menor renta. El contenido de este bloque es mucho menos preciso que el del anterior, pues poco o nada se dice sobre los criterios y procedimientos que se utilizarán para fijar la cuantía de los dos componentes de la aportación al Estado" lamentan.

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En relación con el primero de ellos, destinado a cubrir el coste de los servicios estatales, "sólo se dice que se instrumentará mediante un porcentaje de participación en los ingresos tributarios de la Generalitat" señala Fedea.

"En principio, por tanto, no se trataría exactamente de un cupo como el vasco, pero podría tratarse de algo muy parecido. Presumiblemente habría que partir de una valoración periódica del coste de los servicios relevantes (como sucede en teoría en el caso vasco y navarro) aunque, en este caso, el índice de evolución ya no se basaría en los ingresos tributarios del Estado, como sucede en las comunidades forales, sino en los cedidos a la Generalitat". señalan. Para Fedea, "queda abierta también la cuestión de si se trataría de una participación global en los ingresos tributarios agregados de la Generalitat o de una serie de participaciones individualizadas en determinados tributos".

Además, "menos detalles se ofrecen aún sobre la fijación de la cuota de solidaridad", aunque "parece claro que ésta tendría que ser significativamente inferior a la actual para permitir la deseada mejora de la financiación de la Generalitat".

Un acuerdo "muy negativo" para el "interés general"

En definitiva, el pacto PSOE-ERC es de "dudosa coherencia" debido a que "busca, por un lado, mejorar sustancialmente la situación de una región grande y no particularmente mal financiada y, por otro, garantizar la equidad del sistema y la solidaridad territorial"

Fedea considera que "resulta muy complicado vender la tesis del Gobierno de que no sólo se pueden hacer las dos cosas a la vez sino que la propuesta será una clara mejora para todas las partes. Más bien al contrario, todo apunta a que el balance de la propuesta será muy negativo desde el punto de vista del interés general".

Por ejemplo, "trocear la Agencia Tributaria estatal (la AEAT), como ahora se propone, resultaría sin duda en mayores costes de gestión y una menor efectividad en la lucha contra el fraude". Además, una agencia tributaria propia sería "imprescindible para que una declaración unilateral de independencia, como la de 2017, pueda ser factible. Dada la historia reciente, ¿estamos seguros de que sería buena idea dársela?" se preguntan.

Como ya avisó en otro informa el mes pasado, De la Fuente asegura que "no podemos darles las llaves de la caja a las regiones ricas que las quieran para mejorar sustancialmente su propia financiación y de paso reducir la eficacia de la recaudación tributaria, y a la vez, garantizar que el Estado sigue contando con los recursos suficientes". Por tanto, "los recursos necesarios para ello sólo pueden proceder de un aumento de los impuestos que pagan los ciudadanos de los territorios que se queden en el régimen común, o de un recorte de las prestaciones estatales que también les afectaría negativamente. Para que los que salen del sistema puedan mejorar, los que se quedan tendrán que perder de alguna forma. No hay otra. Habrá claros ganadores y perdedores sin que los cambios en la distribución de recursos que se atisban supongan una mejora en la equidad del sistema" sentencia.

Así, como alternativa al acuerdo, estaría la "administración tributaria única pero realmente de todos (quizás a través de un consorcio a 16 en lugar de 15 consorcios a dos), el respeto de la ordinalidad en financiación por habitante ajustado y la conversión de las tradicionales cláusulas de statu quo en compensaciones transitorias. Con un poco de suerte, el susto del cupo catalán ayudará a que los más reticentes al cambio se bajen de la burra y piensen un poco más en términos de construir un sistema bueno para el conjunto del país y menos en sus propios intereses a corto plazo".

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