Teresa Ribera, en pleno proceso para convertirse en comisaría de Competencia y vicepresidenta de Transición Limpia, justa y competitiva, ha vuelto a dejar claro que la postura antinuclear que ha mantenido contra viento y marea en España no tendrá su réplica en la UE. En uno de los primeros pasos del largo proceso para confirmar el cargo concedido por Ursula von der Leyen, la respuesta a un cuestionario elaborado por las comisiones de su ramo previo a su comparecencia ante los eurodiputados, Ribera ha dejado claro su aval al proyecto europeo de sumarse a la revolución de los minirreactores nucleares, una tecnología aún incipiente que en la anterior legislatura se propuso impulsar la UE. En su largo escrito, no hay ni rastro de sus habituales críticas a la energía nuclear y, de hecho, asume que la nuclear es una "energía baja en carbono" cuando en su día se opuso a que se incluyera en la taxonomía verde europea.
En respuesta a una de las preguntas de la Comisión de Industria y Energía, que la interroga sobre su "visión de la neutralidad tecnológica en el contexto del suministro y los precios de la energía" y su "visión de la energía nuclear y los pequeños reactores nucleares (SMR por sus siglas en inglés), Ribera sentencia que Europa necesita la "máxima eficiencia" en el desarrollo de diferentes tecnologías, "tanto las que están maduras como las nuevas que la UE podría impulsar para lograr la descarbonización más allá de 2030".
También menciona Ribera el "respeto a las prerrogativas de los estados miembros sobre su mix energético" en un momento en que varios países europeos, con Francia a la cabeza, están lanzados a impulsar la energía nuclear. "En lo que se refiere a la energía nuclear baja en carbono, cabe señalar que en febrero de 2024 la Comisión lanzó una alianza industrial para facilitar la cooperación entre empresas a nivel europeo para desarrollar pequeños reactores nucleares" y "asegurar un papel fuerte de la UE en la cadena de suministro, incluido el trabajo cualificado", señala Ribera en alusión al pacto industrial europeo alcanzado en Bruselas sin ningún respaldo por parte del Gobierno español pero en el que sí quisieron estar presentes empresas españolas que sí quieren participar en los proyectos en marcha y no perder el tren de una tecnología aún por desarrollar.
"Así se aprovecharán las capacidades de fabricación e innovación europeas para el desarrollo del primer SMR de la Unión a comienzos de 2030, bajo los más altos estándares de seguridad nuclear, manejos de los residuos, sostenibilidad ambiental y competitividad industrial", añade Ribera sin atisbo de crítica a este tipo de energía que ella, junto a su Gobierno, trabaja por enterrar en España.
Además de este cuestionario que además de esta incluía otras 15 preguntas de las comisiones de su ramo, a Ribera aún le queda comparecer ante las comisiones pertinentes para lograr su aval, que habitualmente es afirmativo. Una vez concluido este trámite, a Ribera y el resto de compañeros en la nueva Comisión sólo les faltaría la votación formal por parte de la Eurocámara que debería producirse a finales de año.
Entre tanto, el impulso de los minirreactores nucleares continúa en marcha a nivel europeo y también en España pese a la indiferencia gubernamental. Hace unos meses, empresas españolas energéticas y tecnológicas presentaron el grupo Reactores Nucleares Modulares dentro de la Plataforma Tecnológica de Energía Nuclear CEIDEN para sumar fuerzas de cara a proyectos y colaboraciones en el extrenjero en las que sumar la experiencia nuclear del sector en nuestro país.