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Jesús Colmenares

Estados Unidos nos deja descolgados

La Reserva Federal ha dejado claro al recortar en medio punto los tipos de interés de Estados Unidos que está decidida a luchar contra cualquier asomo de recesión y que de ninguna manera va a hacer una pausa en su estrategia de favorecer la relajación de la política monetaria, aun cuando esto suponga una amenaza de mayor inflación a medio plazo. Por esta razón, España y el resto de países de la Unión Europea que compartimos el euro, nos estamos quedando descolgados porque nuestras autoridades monetarias no pueden permitirse seguir el ritmo impuesto por Alan Greenspan.

Las rigideces de la economía en España y otros países que comparten con nosotros el euro se han manifestado en una persistencia de precios más altos en los sectores en los que no ha entrado la plena competencia porque siguen encorsetados en sistemas de regulación de precios que permiten que sus tarifas sean superiores a las de otras zonas más abiertas. La consecuencia más visible es que la inflación media en la unión monetaria europea supera el límite del dos por ciento fijado por los “padres” del euro para tranquilizar a los alemanes, obsesionados con la lucha contra el alza de precios.

La inflación de los doce países del euro alcanzó el 2,9 por ciento de media en abril, la tasa más elevada desde la creación del euro en enero de 1999. En buena parte, esto es debido a que en España hemos llegado al 4 por ciento y duplicamos así nuestro objetivo para el presente año. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, insiste en que su mandato le obliga a proteger a los europeos de la inflación, por lo que hasta ahora ha actuado con timidez para revitalizar la economía y a duras penas ha accedido a una reducción de 0,25 puntos del tipos de interés del euro, hasta el 4,50 por ciento.

La “excusa” oficial del BCE es que las decisiones se toman a medio plazo y que esta rebaja no pone en peligro el objetivo de volver a una inflación controlada... el año que viene. Al contrario que en Europa, la última rebaja de tipos de interés por parte de Estados Unidos vuelve a poner en evidencia que Alan Greenspan está apostando a fondo por esta herramienta con tal de evitar la tan temida recesión, en una operación nunca vista hasta ahora en la historia del banco central estadounidense.

La perspectiva para el futuro es que Estados unidos salga más pronto que lo previsto del actual momento de desaceleración económica y vuelva a ritmos de crecimientos elevados a partir del segundo semestre del año, pagando, eso sí, el precio con una inflación ligeramente mayor. Es un ejemplo perfecto de lo que Greenspan quiere decir cuando se refiere a que la Reserva Federal tiene que actuar rápidamente para solucionar los problemas económicos y una indicación de por donde debería encaminarse la autoridad monetaria europea, si fuera más libre.

Los datos de la inflación europea conocidos este miércoles son una llamada de atención a nuestro Gobierno y a los de otros países europeos para que no demoren más los cambios estructurales que aporten una mayor liberalización a nuestra economía, si no queremos perder el tren y salir prontamente del bache actual.

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