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Jesús Colmenares

Portugueses y asturianos, primos hermanos en HC

A la espera de la solución de la fusión de Iberdrola y Endesa, el otro culebrón eléctrico está a punto de terminar con la entrada en escena de los portugueses, que en esta ocasión suplantan a los gallegos como primos hermanos de los asturianos, para hacerse con el control de Hidroeléctrica del Cantábrico (HC).

Electricidade de Portugal y Cajastur ofrecen 3.500 millones de euros en metálico y están dispuestas a asumir otros 760 millones de euros de la deuda de la eléctrica cántabra, con tal de llevarse el gato al agua y controlar la perla del sector. Cajastur ya controla el 15 por ciento de HC y ha pactado con la empresa portuguesa con tal de impedir que se formalice otra operación con socios españoles, pero que hubiera puesto en peligro el carácter local de la entidad resultante.

La oferta de EDP y Cajastur ofrece una prima a los accionistas del 6,7 por ciento del valor de cada título de la eléctrica cántabra y es la cuarta en los últimos diez meses que entra en juego para controlar la empresa presidida por Óscar Fanjul. No se trata sólo de dibujar el nuevo mapa eléctrico español, sino de poner las bases del mercado europeo de electricidad, que mueve 225.000 millones de euros.

La empresa portuguesa acaba de romper su alianza con Iberdrola al darse cuenta de que la fusión de la primera con Endesa la dejaría fuera de lugar en España, y además después de que durante tres años la alianza no diera sus frutos para crear un gigante eléctrico en el mercado ibérico y latinoamericano. Además, la fusión de Endesa con Iberdrola, si se realiza, dará paso a la venta de activos de estas dos compañías para que la operación cumpla las condiciones fijadas por las autoridades para velar por la competencia, con el fin de impedir que la empresa resultante acapare el 80 por ciento del mercado y se convierta en un monopolio.

La oferta de EDP-Cajastur es de 24 euros por acción de HC, lo que condena al fracaso la otra propuesta de 19 euros que ofrece el Grupo Villar Mir, en lucha por el control de la eléctrica cántabra junto con la alemana EnBW, que además es considerada hostil por la compañía asturiana. La operación de Villar Mir es bastante compleja: el grupo del antiguo ministro quería comprar a través de su filial Ferroatlántica las acciones de HC, con el único fin de vender después la mitad a la alemana EnBW, y de conseguir energía a buen precio para complementar sus centrales generadoras y surtir a sus fábricas.

En marzo pasado, el gobierno vetó una oferta también de 24 euros por cada acción de HC realizada por Unión Eléctrica Fenosa y que contaba esta vez con el visto bueno de la eléctrica cántabra, porque para entonces opinaba que reducía la competencia. La tercera oferta por HC fue de la compañía tejana TXU Corp, que se había aliado con su futura presa desde 1998, y que quiso controlarla por completo al ofrecer 21,25 euros por acción hace un año.

La lucha de las multinacionales por el control de la cuarta empresa española de electricidad ha impulsado el valor de sus acciones a sus máximos anuales tras subir el veinte por ciento en las últimas siete sesiones de Bolsa. Esta nueva oferta puede ser la definitiva, ya que tiene el beneplácito de TXU, antigua rival por el control de la eléctrica, pero que en esta ocasión está dispuesta a hacer mutis por el foro después de vender el 19 por ciento que controla de HC a EDP y Cajastur, con las correspondientes plusvalías, todo hay que decirlo.

De este modo, la caja de ahorros cántabra y la hasta hace poco conservadora EDP portuguesa controlarán el 35 por ciento del capital de la cuarta empresa eléctrica española, que ha sido la que mejor se ha comportado en Bolsa este año en toda Europa. El cambio de actitud de EDP, que decide por primera vez salir de su mercado local, se explica por la entrada de las empresas españolas en Portugal tras la liberalización del sector propiciada por la Unión Europea para abaratar el precio de la energía y terminar con los antiguos monopolios estatales. EDP controla el 19 por ciento de la energía eléctrica de la península ibérica y quiere aumentar su cuota hasta el 25 por ciento con esta operación, que le permitirá además en el futuro comprar los activos de Endesa-Iberdrola que surjan de la fusión de estas últimas.

Sin embargo, el hecho de que el estado portugués mantenga el 31 por ciento del capital de EDP es en teoría una amenaza para la operación, porque el ejecutivo español ha vetado otras operaciones similares para evitar que su programa de liberalización se convirtiera en el control por parte de otro país de las empresas españolas. Existe el precedente del veto español contra la oferta por HC de la aliada de Villar Mir, EnBW, la eléctrica alemana de Baden-Wuerttemberg, porque la empresa estatal francesa Éléctricité de France planea comprar el 25 por ciento de la alemana y al final una empresa privada española sería controlada por un gobierno europeo: justo lo que el gobierno de Aznar quiere evitar.

En la lucha por HC intervienen las principales empresas europeas del sector: la eléctrica cántabra sólo tiene el siete por ciento del mercado español, pero el crecimiento de la demanda de electricidad del siete por ciento anual la sitúa a la cabeza de Europa en términos de crecimiento del negocio. La eléctrica alemana RWE ha anunciado que estudia la situación, ya que quiere impedir cualquier posible beneficio de su rival EnBW, pero la oferta portuguesa ha dejado a los alemanes sin posibilidad de respuesta, porque sus rivales tienen una minoría de bloqueo, mientras que la belga Electrabel (con el 10 por ciento de HC) no descarta retirarse y vender su parte, ya que no va a presentar una oferta superior a la de EDP.

En todo caso, los beneficiados son los accionistas de la eléctrica española, que se ha convertido en la novia de Europa en los últimos doce meses.

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