Enésimo varapalo de una casa de análisis a la economía española. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) asestó el pasado lunes varios recortes a las previsiones de crecimiento e inflación que ensombrecen todavía más el futuro de nuestro país.
"Las tensiones geopolíticas, la crisis energética y el cambio de rumbo de la política monetaria por el riesgo de cronificación de la inflación empañan las perspectivas de la economía mundial en general, y de la española en particular" alertaba Funcas.
Al igual que ocurrió la semana pasada con el informe de la Comisión Europea, el dato más demoledor de las nuevas cuentas de Funcas es el de la inflación: sus analistas anticipan una subida media de los precios del 8,9% para el conjunto de este año.
Esto significa que los analistas de Funcas también desmontan por completo el discurso que dio Pedro Sánchez sobre la evolución de los precios en el debate del estado de la nación. "Señorías, los principales organismos internacionales expresan, con la cautela del científico, y, de media, calculan que España terminará el año con una inflación del entorno del 6,5%" declaró el presidente del Gobierno. Sin embargo, no será así.
Además, Funcas avisa de que esta escalada inflacionista sin precedentes implicará que "la tasa de inflación se mantenga por encima del 10% en julio y agosto", lo que también echaría por tierra la última profecía de Nadia Calviño. La ministra económica aseguraba en abril que la subida de precios había alcanzado su pico en marzo y que su previsión era que el IPC fuera "desacelerándose" en los próximos meses. Nada más lejos de la realidad.
El ‘roto’ de los pensionistas
Esta situación pone de manifiesto no sólo los sistemáticos desaciertos del Gobierno con sus pronósticos económicos, sino también la bomba de relojería que está a punto de estallar en las cuentas del Estado.
La razón es que el Gobierno se ha comprometido con los jubilados (un colectivo que aglutina a más de 9 millones de votantes) a ligar la actualización de sus pensiones al IPC "sea el que sea" en 2022. Por tanto, teniendo en cuenta que el nuevo pronóstico de Funcas es que la inflación alcance el 8,9% en 2022 de media anual, la revalorización de las pensiones tendrá un coste de 13.000 millones de euros en los Presupuestos del año que viene (esta cifra surge de actualizar un cálculo de Funcas, que preveía que el coste sería de 10.000 millones para una inflación del 6,8%).
Por esta razón, los analistas de Funcas piden incluir a los pensionistas en el "pacto de rentas" que prepara el Gobierno. En la misma línea iba hace unos días Fedea: "Es importante que los sacrificios necesarios se repartan entre todas las rentas relevantes, incluyendo los salarios públicos y las pensiones" señalaban.
Los funcionarios reclaman su parte
Y es que, el agujero en las cuentas públicas que va a causar la inflación no se va a quedar solo en los jubilados porque hay otro colectivo que también reclama su parte: el de los funcionarios. Aunque el Ejecutivo de Sánchez se muestra reticente a aplicar el dato exacto de inflación cuando le toque actualizar los sueldos a los 2,8 millones de asalariados que tienen las Administraciones Públicas, la factura para el contribuyente va a engordar por esta vía sin lugar a dudas.
Así, según los cálculos que Funcas le ha facilitado a Libre Mercado, cada punto de revalorización del sueldo de los funcionarios implicaría un incremento del gasto de 1.500 millones de euros en los Presupuestos. Por tanto, en el hipotético caso de que el Gobierno fuera a coger de referencia la inflación subyacente (que Funcas anticipa que la estará en torno al 6%) estaríamos hablando de otros 9.000 millones extra.
La consecuencia de un agujero que puede rondar los 22.000 millones euros será que en 2023 "apenas se avanzará en la contención de los desequilibrios por el enfriamiento de la economía, la revalorización de los funcionarios y la indiciación de algunas partidas presupuestarias como las pensiones" alerta Funcas. Ese desequilibrio rondará el 4,5% del PIB en 2023, un valor cercano a su nivel estructural, y la deuda el 112%. No hay que olvidar tampoco el lucrativo negocio que está haciendo Hacienda con la inflación y que ayudará a que estos desequilibrios no sean mayores.
"Rozando la recesión"
Ante este incierto panorama, los analistas de Funcas también vaticinan un crecimiento del PIB nacional del 4,2% para este año. Esta cifra se sitúa por debajo de la que prevé el Gobierno en 2022: el 4,3%.
Hay que recordar que al Ejecutivo de Sánchez no le quedó más remedio, el pasado mes de abril, que recortar la fantasiosa previsión del 7% que había estimado para 2022 hasta el 4,3% antes mencionado. Sin embargo, la mayoría de los organismos tampoco confían en la cifra gubernamental. Por ejemplo, el Banco de España, la OCDE o S&P vaticinan un crecimiento para este año de apenas el 4,1%, mientras que la Comisión Europea de decanta por el 4%.
Para finales de 2022 y 2023, Funcas vislumbra un escenario mucho más sombrío. "Ante la evolución de precios y de tipos de interés, Funcas prevé una desaceleración de la economía tras el verano" señalan. En el cuarto trimestre de 2022, el crecimiento del PIB de España será plano, del 0%, y para 2023 será cuando la economía española sufra "una fuerte desaceleración" hasta el 2%. "Estaríamos rozando la recesión" alertan. En un alarde de positividad, Gobierno sigue creyendo que la economía española crecerá un 3,5% el año que viene.