Para Pedro Sánchez parece no haber más cometido en estos instantes que el asalto al TC o las leyes animalista o del sí es sí. Pero, mientras, España se sumerge paulatinamente en una crisis de duras dimensiones. Uno de los grandes indicadores que anticipan la gravedad del parón económico es el consumo de gas natural por la gran industria. El mes de noviembre ha dado una muy mala señal. Y es que este indicador ha sumado ya un año de duras caídas. La última, la del mes de noviembre, igualmente representativa de la pérdida de pedidos y competitividad que sufre este sector: cae otro rotundo 27,6%. Y eso sólo puede suponer una cosa a medio plazo: la caída del empleo.
El dato interanual de noviembre es demoledor. Casi un 30% de desplome. Pero es que, además, llega tras caídas en los periodos previos de un 34,4% (octubre); un 40,7% (septiembre); un 39,6% (agosto); o un 32,3% (julio).
Es más, ya a finales de 2021 los datos negativos se convirtieron en la clara tendencia con caídas como la de octubre de un 2%.
Todo ello figura recogido en la documentación oficial del gestor técnico del gas. Y en esos mismos informes se puede comprobar que, desde abril de 2021, mes en el que la salida del coronavirus permitió registrar una subida del consumo de gas en la gran industria de un 29,8% -un tanto espejismo, porque venía comparada con el mes de abril del peor momento de la pandemia-, la tendencia no ha dejado de marcar una desaceleración del crecimiento hasta llegar a finales de 2021 donde, efectivamente, los datos se convirtieron ya en negativos, recogiendo una caída en bloque del consumo de gas por estas grandes empresas.
Los sectores más afectados
Por sectores, los datos son igualmente reveladores del impacto negativo. Los mayores hundimientos se recogen en el sector refino (-42,1% pese a llevar un año cayendo); servicios (-30,3%); papel (-29,7%); y construcción (-28,5%).
Pero el resto de sectores no andan mucho mejor: electricidad baja un 27,2% su consumo de gas; metalurgia lo hace un 25,1%; química/farmacia se desploma un 21%; textil lo hace con un 19%; agroalimentaria cae en consumo de gas un 16,8%; y el resto de industria llega en su bajada hasta un 25,2%.
Y, como destaca el informe del gestor técnico del gas, "no se ha registrado subida en ningún sector".
Todo ello ocurre mientras el Gobierno sigue asegurando que la situación está bajo control y que se vislumbra una recuperación. Y mientras otros indicadores, como la deuda pública, se desbocan en España. El endeudamiento del conjunto de las administraciones públicas, de hecho, subió en septiembre hasta la cota máxima de los 1,504 billones de euros, una cuantía nunca vista en la historia de nuestro país.
Este nivel de deuda pone de manifiesto la irresponsabilidad que los políticos llevan más de una década aplicando en las finanzas públicas. Así, desde que gobierna Pedro Sánchez el excesivo endeudamiento se ha acelerado en casi 400.000 millones de euros. Todo ello, para financiar un gasto público récord e imposible de asumir por la economía productiva. Hay que tener en cuenta que para 2023 el Gobierno de PSOE y Podemos ha trazado la cifra de gasto consolidado más alta de la historia: la friolera de 583.543 millones de euros.
Tal y como ha publicado el Banco de España, en el último año, los números rojos del Estado se han incrementado en más de 80.000 millones respecto a octubre de 2021, un 5% más.