La hipocresía del grupo Prisa con el caso de Ferrovial es manifiesta. En su información sobre las concesiones obtenidas por la compañía de infraestructuras, acusa a Ferrovial de hacer ingeniería fiscal, tributar por el impuesto de sociedades sólo tres años de los últimos 10 y recibir importantes favores del Gobierno de Sánchez en forma de concesiones públicas.
Una postura moralista, la de Prisa, que parece olvidar un pequeño detalle: que el impuesto de sociedades se paga sólo cuando se obtienen beneficios, y en numerosos ejercicios pasados Ferrovial no los obtuvo.
También se le olvida a Prisa que su presidente, Joseph Oughourlian sí consigue una "optimización fiscal" de alcance de muy pocos. Los beneficios de Amber Capital, fondo propiedad de Oughourlian y principal accionista de Prisa, los tributa en Londres al fantástico tipo efectivo del 0,6%, deslocalizando la generación de esos beneficios.