El Índice de Libertad Económica deja en evidencia al gobierno de Pedro Sánchez. De entre los 43 países de la OCDE y la Unión Europea evaluados en el informe, nuestro país figura en el número 35 del listado. Para poner en perspectiva este dato, basta con señalar que España llegó a alcanzar el puesto 22 en el informe de 2012.
Esta evolución no puede coger por sorpresa a nadie, a raíz de las continuas subidas impositivas, del aumento de la deuda pública o del problema de sobrerregulación que enfrentan las empresas españolas desde que Pedro Sánchez llegó al gobierno.
La publicación del Índice de Libertad Económica corre a cargo de la Fundación Heritage, de Estados Unidos, y su socio en España, el Instituto de Estudios Económicos. La más reciente edición del informe subraya "la reducida libertad de empresa que se observa en nuestro país" y advierte del impacto de esta circunstancia "en la generación de empleo y el crecimiento potencial a largo plazo".
En la presentación del estudio se ha criticado fuertemente "la excesiva dimensión del sector público, las elevadas cargas tributarias y el fuerte desequilibrio fiscal". Asimismo, "en lo referido a la libre empresa, la variable que más está penalizando a España es la deficiente calidad regulatoria". Por todos estos motivos, nuestro país recibe apenas una calificación de 65 puntos sobre 100, frente a los 71 puntos de media que alcanza la OCDE y los 71,4 puntos que obtienen los países de la UE.
Comparativa con la OCDE
Si asignamos una nota de 100 puntos al promedio de la OCDE, encontramos que la economía más liberal del mundo desarrollado es Suiza, con un resultado de 118 puntos. También destaca el resultado de Irlanda (115,5), Nueva Zelanda (111,1), Estonia (110,7) o Luxemburgo (110,4). Otras economías con buen resultado son Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Noriega, Australia, Canadá, Corea del Sur o Alemania.
Llama la atención que Estados Unidos se sitúe por debajo del promedio de la OCDE. El país norteamericano fue tradicionalmente la economía más libre del mundo, pero su evolución a peor ha sido muy marcada en los últimos años.
Por su parte, España figura por debajo de Polonia, Malta, Bélgica, Costa Rica o Croacia, con un resultado de 91,5 puntos que significa que estamos casi 10 puntos por debajo de la media observada en las economías desarrolladas. Los países con peor resultado en el índice son Grecia, Turquía, Italia, Colombia, México, Francia, Hungría y Rumanía, que figuran justo por debajo de España.
En el caso específico de España, la brecha con respecto a la OCDE es especialmente acusada en las categorías referidas al gasto público y la salud fiscal (es decir, el control del déficit y la deuda). También presentamos un déficit importante en materia de impuestos, libertad de empresa, carga impositiva y eficiencia del sistema judicial.