La derecha fulmina el Impuesto de Sucesiones en España. Baleares, Canarias, la Comunidad Valenciana y La Rioja han sido los últimos territorios en aprobar el fin del impuesto a la muerte después de que los resultados de las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo hayan propiciado el cambio político de sus gobiernos. Los Ejecutivos regionales que han llevado a cabo esta ofensiva de alivio fiscal al ciudadano están formados en su mayoría por el PP o por PP y Vox. Aragón (PP y Vox) también ha anunciado que eliminará paulatinamente la fiscalidad la herencias, aunque todavía no lo ha formalizado su consejo de Gobierno.
Sucesiones y Donaciones son impuestos cedidos a las CCAA, que pueden aplicarle las bonificaciones que crean oportunas a estos tributos o, por el contrario, incrementarlos, como ha ocurrido tradicionalmente cuando la izquierda ha gobernado en estos territorios.
Un caso muy sangrante ha sido el de Andalucía, que durante la etapa socialista tenía el Impuesto a las herencias tan elevado, que para muchos contribuyentes recibir el legado que con tanto esfuerzo habían construido sus familiares suponía una auténtica ruina económica.
Asfixia tributaria por heredar
En el otro lado estaba la Comunidad de Madrid, que con el Ejecutivo de Esperanza Aguirre empezó a bajar Sucesiones en 2005 hasta su práctica desaparición. Pero mientras Madrid aliviaba económicamente a los herederos, la voracidad de este impuesto estuvo más de una década arrasando las finanzas de los ciudadanos en regiones como Asturias, Aragón o la mencionada Andalucía.
La asfixia de Sucesiones llegó a ser tal, que en 2017 miles de contribuyentes de todas las partes de España llegaron a salir a las calles a manifestarse contra este tributo. Parece que las protestas surtieron efecto en Andalucía, donde a finales de 2017 Ciudadanos logró convencer al PSOE para prácticamente eliminar el polémico tributo. Después, Juanma Moreno (PP) ahondaría en esa desaparición. Desde entonces, otras regiones también han aplicado rebajas sustanciales a sus ciudadanos.
Sin embargo, todavía quedan en España algunas autonomías que ejercen como auténticos infiernos fiscales para las herencias. Así, a la triste pérdida de un familiar, se le une el drama de no poder asumir la carga tributaria que les exige la deuda autonómica.
El mapa de las herencias
El Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) ha facilitado a Libre Mercado un simulacro de cómo queda el mapa del impuesto a las herencias en España después de las mejoras para el contribuyente en Baleares, Canarias, la Comunidad Valenciana y La Rioja. Eso sí, en La Rioja y Valencia los cambios todavía no han entrado en vigor (no están sus boletines oficiales), pero han hecho el cálculo igualmente porque será inminente.
Así, en el supuesto de un soltero de 30 años sin hijos cuya herencia está valorada en 800.000 euros, de los que 200.000 corresponden a la vivienda del fallecido, vemos que la mejora en la Comunidad Valenciana es la mayor de todas debido a que territorio ha sido uno de los territorios más extractivos con los beneficiarios de las herencias. El resultado es que, tras la bajada de Sucesiones del Gobierno de Mazón, el ciudadano del ejemplo pagará más de 60.000 euros menos por heredar el mismo patrimonio.
En la siguiente tabla se observa también que el alivio en Sucesiones generará un ahorro de más de 30.000 euros en Canarias y La Rioja. En Baleares será de casi 6.000 euros porque el beneficiario del ejemplo pasaría de pagar esa cantidad a no pagar nada.
En la tabla anterior vemos también que en Asturias, Cataluña, Aragón (que ya ha anunciado que va a bajar Sucesiones), Castilla La-Mancha y Navarra sigue siendo un calvario fiscal recibir una herencia. Destaca sobre todas las regiones la autonomía del asturiano Adrián Barbón, que exige más de 100.000 euros al beneficiario del ejemplo que si residiera en Andalucía, Cantabria o Galicia no pagaría nada.
Eso sí, hay que dejar claro que la mayoría de rebajas del Impuesto de Sucesiones se centran exclusivamente en el grupo II (descendientes y adoptados mayores de 21 años, cónyuges, ascendientes y adoptantes) que son la mayoría de los herederos del país. En el caso del grupo I (todos aquellos descendientes y adoptados menores de 21 años) en la mayoría de las CCAA tienen un trato ventajoso, aunque con estas bajadas tributarias olvidan a los herederos del grupo III (hermanos, tíos y sobrinos) y grupo IV (primos y los llamados herederos extraños), que siguen soportando una elevada carga fiscal.