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Todas las medidas que no ha sido capaz de aplicar Yolanda Díaz y que ahora amenazan al mercado laboral

La líder de Sumar tiene una oportunidad de oro para llevar a cabo sus tareas pendientes si consigue el visto bueno de Sánchez.

La líder de Sumar tiene una oportunidad de oro para llevar a cabo sus tareas pendientes si consigue el visto bueno de Sánchez.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz | Europa Press

Aunque Yolanda Díaz le haya dicho al Rey esta semana que "a día de hoy, estamos lejos de alcanzar un acuerdo" con Pedro Sánchez, por todos es sabido que sus palabras forman parte de la teatralización de las negociaciones. Pocas dudas hay de que Sumar y el PSOE pactarán para formar su ansiado "Gobierno de coalición progresista".

Así, además de doblegarse ante los deseos de los independentistas, Sánchez tendrá que ceder ante muchas de las ideas que Yolanda Díaz ha incluido en el programa electoral con el que Sumar concurrió a las pasadas elecciones. Uno de los puntos fuertes del nuevo proyecto de la actual ministra de Trabajo es intervenir todavía más el mercado laboral, su área estrella.

"La aportación de Sumar al Gobierno de España tiene que ver con ganar derechos para nuestro país. Ganar derechos para los trabajadores y las trabajadoras, para que tengamos un nuevo estatuto del becario, para que reduzcamos la jornada laboral, para que abordemos el despido, para que abordemos una ley del tiempo en el trabajo y en la vida, una ley de cuidados...", enumeró Yolanda Díaz el pasado lunes tras su reunión con Felipe VI.

La líder de Sumar ya ha intentado implantar algunas de estas ideas laborales durante el cargo como ministra de Trabajo, pero no lo ha conseguido. Ahora, tiene una oportunidad de oro para llevar a cabo sus tareas pendientes si consigue el visto bueno de Sánchez. Eso sí, si Díaz continuara ostentando la cartera de Trabajo con el nuevo Ejecutivo -circunstancia sobre la que hay dudas- le resultaría mucho más fácil aplicarlas. Son las siguientes:

Sacar del cajón al Estatuto del Becario

El pasado mes de junio, Díaz firmó con UGT y CCOO el polémico Estatuto del Becario que su departamento llevaba meses preparando. Lo llamaron "Estatuto de las personas en formación práctica no laboral en las empresas" y consistía en una nueva lista de requisitos que tendrán que cumplir las empresas que pretendan incorporar un becario a su actividad.

A pesar del bombo que le dio Yolanda Díaz a la norma, el Gobierno nunca la llegó a llevar al Consejo de Ministros, por lo que actualmente está guardada en un cajón. Con las recientes declaraciones de la líder de Sumar, se confirma que está entre sus prioridades.

Jornada de 4 días a la semana

Forzar a las empresas a reducir las horas de trabajo de sus empleados pagándoles lo mismo es una de las banderas de Díaz. En concreto, los planes de la fundadora de Sumar consisten "reordenar el tiempo de trabajo, incluyendo la reducción y la distribución de la jornada laboral, pero sin reducción de salario".

Según el programa electoral de Sumar, en 2024 se establecerá "por ley una jornada laboral máxima de 37,5 horas y se abrirá un proceso de diálogo social para seguir reduciendo la jornada hasta alcanzar las 32 horas semanales". Es decir, así se llegará hasta la famosa jornada de 4 días y sin tener en cuenta la productividad. "Con ello, mejorará la compatibilidad del tiempo de trabajo con el resto de los usos del tiempo, desde un reparto equilibrado de las tareas de cuidados y autocuidado al tiempo destinado a la formación, al ocio o a la participación social" aseguran.

Encarecimiento del despido

Yolanda Díaz pretende que Sánchez acepte aplicar distintas indemnizaciones (más altas que las actuales) según el perfil de cada trabajador despedido en lugar del criterio actual: el tiempo que lleva el empleado trabajando en una empresa antes de ser despedido, que es la referencia clave para calcular la indemnización junto con el tipo despido. Si la líder de Sumar consigue su objetivo, el despido de una persona mayor o de una mujer será más caro.

"Estableceremos garantías para las personas trabajadoras frente al despido mediante un sistema restaurativo y disuasorio, así como mediante el reforzamiento de la causalidad en los supuestos de extinción de la relación laboral. Se reconocerá el derecho a una indemnización adicional que compense efectivamente el daño causado en atención a las circunstancias del despido y a la capacidad económica de la empresa" contemplaba la líder de Sumar en su programa electoral.

¿Negociación colectiva verde?

En materia laboral, Yolanda Díaz también quiere seguir subiendo el SMI, controlar los sueldos de mujeres y hombres, poner más coto a los descuelgues, castigar las deslocalizaciones de empresas o encarecer el contrato a tiempo parcial. Ahora, falta por determinar cuántas de estas medidas estaría dispuesto a aplicar el ala socialista del próximo Ejecutivo.

Otro de los grandes retos de Díaz es aplicar lo que ha bautizado como la "negociación colectiva verde", un ambiguo concepto que resulta difícil de comprender. Según el Ministerio de Trabajo, "la negociación colectiva verde adquiere relevancia y resulta clave como un instrumento dinámico que favorece la adaptación de la realidad de las empresas y del trabajo a los retos que plantea la transición verde. Las empresas y los sindicatos, a todos los niveles, son los mejor posicionados para que la transición ecológica se haga de forma justa e inclusiva" aseguran.

Este mismo mes, en un acto de Yolanda Díaz como ministra, explicaban que "la adopción de medidas relacionadas, por ejemplo, con la movilidad en las ciudades para desplazarse al lugar de trabajo, así como la eficiencia energética, por ejemplo, son asuntos en los que se precisa un enfoque medioambiental". Ponían como ejemplo de negociación colectiva verde a "la adaptación de la legislación laboral y de prevención de riesgos laborales al cambio climático como ha ocurrido en España, donde se han prohibido actividades profesionales cuando la Agencia Estatal de Meteorología decrete al alerta roja o naranja". Sigue sin quedar claro el significado de esta particular negociación colectiva.

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