Al magnate vasco del acero, José María Aristrain, le llamaban "el enemigo número uno de Hacienda". Aristrain ha sido absuelto por la Audiencia Provincial de Madrid del delito de frustración de la ejecución de un inmueble ubicado en la calle Zurbano (Madrid). Con él, han sido absueltos también su sobrino Dámaso Quintana Pradera, defendido por María Dolores Márquez de Prado, y la sociedad Pioninin, propiedad de Aristrain, tal y como recoge la Agencia EFE.
Así, el magnate gana de nuevo otra batalla contra Hacienda. A principios de 2022, la misma Audiencia Provincial de Madrid ya le absolvió del delito de simular su domicilio fiscal en Suiza del que le acusaban la Fiscalía y la Abogacía del Estado, de lo cual informamos en Libre Mercado. Ahora, la Audiencia Provincial de Madrid ha considerado que los hechos probados no son constitutivos de delito y que no se ha podido acreditar que los acusados vendiesen el inmueble de la calle Zurbano con el objetivo de perjudicar a la Agencia Tributaria.
Un "procedimiento diabólico" de Hacienda
En el juicio que se celebró el pasado jueves 21 de septiembre, como informó Europa Press, la Fiscalía ratificó su petición de 4 años de cárcel y una multa de 12.000 euros para los acusados, a los cuales se les imputaba el haber tratado de evitar, mediante movimientos societarios, que la Agencia Tributaria subastase el mencionado inmueble de la calle Zurbano y así, además, recuperar una cuota de IVA no satisfecha de más de 600.000 euros.
El asunto se remontaba hasta el año 1998, cuando Aristrain constituyó la sociedad Pioninin SL, la cual, según la acusación, a pesar de que su objeto social era "la compra, venta, alquiler, parcelación y urbanización de solares, terrenos y fincas, así como la compra, suscripción, tenencia, permuta y venta de valores mobiliarios", en realidad "su fin inmediato era la adquisición de un inmueble sito en la calle Zurbano".
Entre los años 2005 y 2012, se llevaron a cabo una serie de obras en el inmueble, las cuales dieron lugar a una inspección de la Agencia Tributaria, que resolvió que el IVA de las facturas de esas reformas no era deducible para Pioninin y concluyó con una regularización que se extendía al IVA devengado por la sociedad durante los ejercicios 2009, 2010 y 2011, en el que se descubrió una cuota no declarada por importe de 661.296,24€, entre lo que correspondían a la cuota y lo que correspondía a intereses.
Sin embargo, en 2012 la Corporación J.M. Aristrain SL, de la que el acusado era socio y administrador único, pasó a ostentar el 100% de las participaciones de Pioninin, por lo cual la Fiscalía acusaba a Aristrain de, ante la previsión de esa ejecución tributaria, y con la intención de evitarla, haber otorgado un poder especial a su sobrino y haber firmado con él una escritura de compraventa del inmueble con la que Aristrain adquiría la finca comprándosela a Pioninin SL por un precio de 5,5 millones de euros, más 220.000 de IVA (dejando así a la sociedad sin ningún activo).
No obstante, por su parte, durante el juicio la defensa negó que hubiera voluntad alguna de defraudar. Así, la defensa de Aristrain aseguró que todo el asunto se había tratado de un "procedimiento diabólico de la Agencia Tributaria", dado que en el momento en el que inició el expediente el empresario ya tenía abierto otro paralelo, en el cual tenía embargados todos sus bienes.