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Milei prepara un plan de choque para desactivar la "bomba" que ha dejado el peronismo

El gran reto del nuevo presidente de Argentina es estabilizar la economía. "No hay lugar para el error".

El gran reto del nuevo presidente de Argentina es estabilizar la economía. "No hay lugar para el error".
El presidente electo de Argentina, Javier Milei, saluda a los cientos de simpatizantes concentrados para escuchar su discurso como candidato ganador. | EFE

El nuevo presidente de Argentina, el liberal Javier Milei, es consciente del enorme reto que tiene por delante, ya que la economía argentina está al borde del colapso, en medio de una recesión, con una hiperinflación en ciernes y una pobreza en aumento.

"La situación de Argentina es extremadamente delicada. No hay lugar para el error. Acá hay implantada una bomba de tiempo y si desconectas el cable incorrecto es gravísimo", según advirtió Milei en su primera entrevista tras la victoria electoral del pasado domingo.

"Hay que explicarle a la sociedad el desmadre que está dejando este Gobierno en el plano macroeconómico y social", en referencia al kichnerismo que ha salido derrotado en las urnas. Su prioridad, lo más urgente, es "estabilizar la economía". Y para ello tiene claro que la única solución es "aplicar el manual ortodoxo a rajatabla porque, en su defecto, las consecuencias serían muy graves".

"Vamos a dar una respuesta muy contundente. No hay lugar para el error", añadió. Milei avanza que lo inmediato es salir del cepo cambiario impuesto por el Gobierno de Alberto Fernández para liberar el acceso de familias y empresas a divisas. Pero antes el presidente afirmó que urge equilibrar las cuentas públicas para frenar la monetización de deuda a través de las compras masivas del banco central, ya que éste es el origen de la elevada inflación argentina.

Por ello ya está trabajando en un ambicioso plan de choque consistente en reformar el Estado, reduciendo los Ministerios de 19 a 8, así como recortar el gasto público y los impuestos con el fin de equilibrar las cuentas. La privatización de medios públicos y de la petrolera estatal YPF, una vez que logre reflotar la compañía, forman parte también de sus primeros anuncios.

Desafíos "extremos"

Sin embargo, el reto de estabilizar precios y crecimiento es, sencillamente, ingente, a la vista del desastre que ha dejado en herencia el socialismo peronista de los Kichner. La agencia crediticia Moody’s reconoce que Milei se enfrenta a "desafíos extremos con resultados altamente inciertos".

Argentina sufre severos desequilibrios macroeconómicos, que incluyen déficit fiscal, alto endeudamiento sin acceso a los mercados internacionales de crédito, una elevadísima inflación y un nivel crítico de reservas monetarias. Además, el Congreso argentino está muy dividido, lo cual dificulta la aprobación de reformas, y las presiones derivadas de los amplios colectivos que viven de subsidios amenazan con desatar fuertes y violentas protestas en las calles.

Argentina es, hoy por hoy, un polvorín y todo parece estar en contra de Milei, empezando por las fuerzas parlamentarias. El líder de La Libertad Avanza apenas cuenta con 8 escaños de los 72 que conforman el Senado, mientras que en el Congreso los libertarios ocupan 37 asientos de un total de 257. Milei, por tanto, dependerá básicamente del apoyo que le preste la coalición de Patricia Bullrich, Juntos por el Cambio, para poder llevar a cabo las medidas más impopulares de su programa.

Pero es que el panorama a nivel económico es, sencillamente, desolador. La inflación interanual supera el 140%, pero la tasa intertrimestral anualizada avanza ya hacia el 300%, tal y como explica el analista Salvador Vitelli.

Y todo ello en medio de una economía muy intervenida por el Estado, donde la fijación de precios es la norma, generando con ello graves distorsiones y problemas de escasez y desabastecimiento en numerosos bienes y servicios. El peronismo ha tratado de compensar la inflación galopante con controles de todo tipo y el reparto masivo de subsidios para consumir alimentos, combustible, energía, agua y transporte,

El precio de la electricidad, por ejemplo, debería duplicarse de la noche al día para amoldarse al aumento que ha experimentado la inflación. Y algo similar sucedería en el resto de productos subsidiados. Como consecuencia, el kichnerismo ha disparado el gasto a niveles récord durante los últimos años, superando ampliamente el 40% del PIB.

El déficit fiscal, por su parte, ronda el 6% del PIB y la deuda pública ha aumentado también de forma muy sustancial. Y antes el cierre de los mercados financieros, el Gobierno optó por monetizar deuda, que es lo que ha terminado alimentando la inflación.

Asimismo, Argentina está en recesión. El PIB caerá cerca de un 3% este año, mientras que el PIB per cápita se situará un 15% por debajo del nivel registrado en 2011. En la actualidad, más del 40% de la población argentina vive por debajo del umbral de la pobreza, frente al 7% de hace menos de una década. Y al menos la mitad de los argentinos recibe algún tipo de subsidio público para complementar sus ingresos.

Negociación con el FMI

Son, pues, muchos e importantes los retos económicos que afronta la Presidencia de Milei, que asumirá el cargo el próximo 10 de diciembre. Por el momento, además del plan de choque para estabilizar la economía, el presidente electo avanzó que su equipo está trabajando "con las líneas de trabajo" del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que el país tiene una deuda cercana a los 46.000 millones de dólares (algo más de 42.000 millones de euros).

Argentina selló un acuerdo con el FMI en 2022 para refinanciar la deuda de 45.000 millones de dólares que el país sudamericano había contraído en 2018 y que, con los intereses acumulados, ronda ya los 46.000 millones. El programa de financiación contempla el cumplimiento de metas trimestrales -de déficit primario, reservas internacionales y de emisión monetaria para financiar al Tesoro- que Argentina se encamina a no cumplir este fin de año.

"El gobierno está dejando caído el acuerdo porque no cumplió la meta fiscal", recordó Milei el pasado lunes, ya que para fin de 2023 se preveía el 1,9% del PIB de déficit primario y el Gobierno de Alberto Fernández lo dejará en el 2,9%, según el presidente entrante. Milei también recordó que Argentina se había comprometido a no usar al Banco Central como mecanismo de financiamiento y terminó financiando el equivalente al 6% del PIB "de manera directa e indirecta" por medio de la entidad monetaria. "Nosotros estamos dispuestos a hacer las cosas como corresponde", afirmó Milei.

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