Yolanda Díaz no se va a cortar a la hora de extralimitarse en el Gobierno. Desde Empleo puede entrar en cualquier sector empresarial y lo pretende hacer. Y el primer área que ha puesto en su diana es el turismo: quiere restringir los horarios y la apertura en festivos. Toda una idea para un sector que vive de las vacaciones y las fiestas. Y, además, pretende regular más costes sociales, descansos, libranzas y menos flexibilidad laboral. La sombra de la pérdida de competitividad del turismo español aparece en escena.
Sumar ha elaborado un documento en el que reclama un "Pacto de Estado por un Turismo Justo, Sostenible e Inclusivo 2024-2030". Es decir, pretende que se extienda más allá de su propio mandato. Y lo justifica de la siguiente manera: "El aprendizaje de la pandemia de la COVID-19 y la vivencia de episodios climáticos externos junto a los datos de empobrecimiento de las zonas geográficas más dependientes del sector turístico nos obligan a tomar decisiones valientes que asuman como parte de la política turística la gestión de las externalidades negativas del turismo".
En base a ello, Sumar quiere impulsar "la elaboración participativa, en el marco de Consejo Español de Turismo-CONESTUR, de un Pacto de Estado por un Turismo Justo, Sostenible e Inclusivo 2024-2030 que incluya seis ejes estratégicos con enfoque transversal de género, derechos de la infancia, accesibilidad universal y reconocimiento de la diversidad". Ni palabra de la competitividad en un mercado netamente global que vive bajo una presión de competencia entre países absoluto.
Por supuesto, Yolanda Díaz quiere "planificación estratégica". Suya, por supuesto. Y "diálogo social y cooperación territorial, conscientes que el turismo representa un 12,2% del PIB y emplea a un 13,6%, más 2,8 millones de ocupados del conjunto de trabajadores y trabajadoras, especialmente en Cataluña, Andalucía, Comunidad de Madrid, Canarias, Baleares y el País Valenciá".
El primer eje, el del "trabajo decente", debe "apostar por la subida del salario mínimo, la reducción de la jornada laboral y terminar con la cultura empresarial de las horas extra", señala el documento. Todo costes extra. "Debemos alcanzar un acuerdo que proteja la salud mental de los y las trabajadoras del sector del turismo y la hostelería, con medidas que favorezcan el descanso, como cerrar antes los comercios y restauración, así como reducir la abertura dominical y en festivos de las zonas de gran afluencia turística". Sumar no indica cómo se puede mantener un local turístico que no abra cuando los potenciales clientes estén de fiesta.
Y es que todo pasa por, dice el partido de Yolanda Díaz, "la formación de calidad vinculada al sector turístico y sus desafíos: robotización, idiomas, gestión de emergencias, ecoturismo, nutrición, prevención de la violencia machista, etc".
Sumar señala, por otro lado, que, "finalmente, también es importante apostar por la responsabilidad social corporativa en las empresas, así como condicionar la obtención de fondos públicos a la mejora salarial, a la participación de las plantillas en la dirección de las empresas, la lucha contra el cambio climático o la dinamización cultural". Más costes.
Y hay más. El segundo eje, denominado "derecho a la vivienda" debe "corregir la presión y el alza de precios ocasionada por el turismo con la regulación de los apartamentos turísticos, así como medidas complementarias como la eliminación de las Golden Visa o moratorias que frenen la especulación de la compraventa por parte de población no residente". Menos entrada de capital extranjero.
También, "es urgente aplicar la regulación de los alquileres y ampliar el parque de vivienda pública especialmente en las zonas turísticas dirigido tanto al personal del sector como para la ciudadanía local", añade.
El tercer eje -"Infraestructuras de proximidad y transporte sostenible"- pretende "priorizar la inversión pública, y su colaboración público-privada, apostando por infraestructuras que utilicen de forma cotidiana la mayoría de la población y terminar con la vieja idea de grandes infraestructuras con alto impacto ambiental y económico para las arcas públicas que utiliza solamente una minoría social. […] Incentivando el uso del ferrocarril, fomentando los planes de movilidad sostenible y desincentivando el uso del alquiler del vehículo privado, vuelos cortos (excluyendo los vuelos domésticos de la población insular) jets privados y regular la llegada masiva de cruceros a nuestras costas". Ni cruceros, ni gente con alto potencial de gasto en el turismo, ni turistas de lujo, ni vuelos domésticos y ya, ni alquiler de coches.
Y, por último, como no, con un eje adicional para subir los impuestos: "Ecotasas vinculadas al turismo o impuestos a las estancias turísticas que ayuden a mantener los servicios públicos".