A la tercera no fue la vencida. La noche (y madrugada) del pasado lunes, en la votación de la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados se vivieron momentos surrealistas. Negociaciones agónicas, una diputada socialista suplicando, diputados del PP y de Vox denunciando el "secuestro de la Comisión", más de ocho horas para votar, impuestos aprobados y desaprobados a la vez... El Gobierno volvió a quedar en evidencia ante un escándalo mayúsculo.
Hay que recordar que el Ejecutivo de Pedro Sánchez había pospuesto hasta en dos ocasiones un encuentro donde se tenía que votar el sablazo fiscal que el PSOE había metido de tapadillo, y en mitad de la tragedia de la Dana, en la Ley del tipo mínimo de Sociedades del 15%. A través de numerosas enmiendas a esta Ley, el partido de Sánchez había incluido todo tipo de subidas de impuestos que nada tenían que ver con este tributo.
No consiguen el sablazo a millones de españoles
La estocada fiscal de los socialistas incluía una subida de la tributación al diésel, a los cigarrillos, al vapeo, a las viviendas vacacionales o a la banca, aunque al no contar con el apoyo suficiente por parte del resto de partidos, no se atrevían a someterlo a votación.
La falta de apoyos del PSOE, llevó a Sánchez a anunciar posteriormente un acuerdo con Sumar, que incluía algunas de las subidas fiscales que proponían los socialistas, pero también otras diferentes, como la de la aplicación del Impuesto a las Primas de Seguro a la sanidad privada.
A pesar de los intentos desesperados de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz por aumentar los impuestos a millones de españoles, buena parte de las subidas impositivas planteadas fueron denegadas el lunes en la caótica Comisión de Hacienda. Caía la subida del diésel, la de las socimis, la de la sanidad privada o las del 21% de IVA a los pisos turísticos. Sin embargo, la prórroga del impuesto a la banca o la subida del IRPF a los grandes ahorradores sí parece que saldrán adelante. Será mañana jueves cuando se confirme.
"Pactar un impuesto con unos, y con otros, lo contrario"
En lo relativo al impuesto a las empresas energéticas ocurrió algo insólito. Sobre las 11 de la noche del lunes se conocía que el Gobierno pactaba con ERC, BNG y Bildu la prórroga de este impuesto supuestamente "temporal".
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) November 18, 2024
Sin embargo, horas después (sobre la 1 de la madrugada), el Ministerio de Hacienda emitía un escueto comunicado en el que aseguraba que "mantenía su acuerdo con Junts para no aplicar el gravamen a energéticas a aquellas empresas que inviertan en la descarbonización".
Como ya hemos publicado en Libre Mercado, el caso de Junts es muy significativo, ya que ha mostrado su negativa a perpetuar el tributo si por miedo a que Repsol decidiera no acometer las inversiones que tenía previstas en Tarragona, y que dejó en stand-by, precisamente, debido a la inminente aplicación del impuesto. De hecho, ante la inseguridad jurídica, Repsol habría optado por Portugal para su última inversión.
Ahora, el desconcierto en el sector es total. "Todas las empresas invertimos en descarbonización" comenta una fuente de una gran compañía a LM. "¿Ahora va a decir el Gobierno cuánto tenemos que invertir para no gravarnos?" se preguntan. "No se puede pactar con unos un impuesto, y con otros, lo contrario. Esto no es serio y genera una gran incertidumbre en el sector y pone en riesgo inversiones" señala otra fuente del sector energético.
En este sentido, ayer martes, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, señaló que "hay muchas razones para no aprobar ese tipo de impuestos, empezando por que discriminan a las compañías en España respecto a otras de Europa e introducen una desventaja competitiva". Bogas también recordó que, aunque el Gobierno apruebe finalmente prorrogar el impuesto por un real decreto-ley, "este tendrá que ser convalidado luego por el Parlamento, donde es difícil que tenga el respaldo necesario de PNV y Junts". Esta compañía calcula que ya ha pagado 410 millones de euros por este tributo durante sus dos años de vigencia. Con estos dos pactos diferentes para un mismo impuesto, el desconcierto es total.