A mediados de los años 60 se empezó a popularizar el término "estanflación", con el que el gobierno británico de aquel entonces pretendía definir el problema económico central de aquella época: a saber, la coexistencia de una inflación cada vez más alta con unos niveles de empleo demasiado bajos y un ritmo decepcionante de crecimiento.
El pasado 17 de marzo, en el marco de una entrevista con Libre Mercado, el intelectual liberal Pedro Schwartz se mostró preocupado por la posibilidad de que la situación que presenta España en 2022 sea coherente con esta definición. Estas fueron sus palabras:
"Creo que estamos llegando a una situación de estanflación, en la cual vemos que por un lado tenemos un contexto de inflación, con precios crecientes, y por otro lado nos topamos con una economía estancada, sin aumentos en los niveles de producción. Con esta guerra desgraciada en Ucrania vemos que esa situación va a peor, puesto que la producción de bienes, que ya estaba renqueante, se ve aún más golpeada y, en paralelo, la emisión de dinero no solo no se detiene, sino que continúa aumentando. Bajo este escenario, veremos inflación, pérdidas de poder adquisitivo generalizadas, estancamiento económico y un probable enquistamiento del paro, que ya es elevado".
Los datos son claros
¿Qué nos dicen los datos? El economista Daniel Rodríguez, colaborador habitual de Libre Mercado, ha elaborado un sencillo pero contundente gráfico en el que ha plasmado el momento que atraviesa la economía española. A la izquierda podemos ver el nivel de PIB en relación con el cuarto trimestre de 2019 (es decir, en comparación con la producción que veníamos registrando antes de la pandemia), mientras que a la derecha se muestra cuál es la evolución del IPC (de nuevo, con el mismo marco temporal como referencia).
Como refleja el gráfico, los niveles de producción se sitúan un 3,8% por debajo de las cotas pre-pandemia. De hecho, España saldrá de la crisis dos años más tarde que el resto de economías europeas, como resultado de una recuperación tan limitada. Por otro lado, el IPC crece un 6% en relación con el cuarto trimestre de 2019, lo que pone de manifiesto el grave problema de inflación que sufre nuestra economía.
Así las cosas, ya cabe hablar abiertamente de la estanflación "calviñista", en la medida en que la gestión de la ministra vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se ha traducido en un grave problema de estancamiento combinado con inflación. De hecho, el dato de inflación de marzo de 2022 eleva la subida de precios al 9,8%, el peor dato desde 1985, de modo que la situación va claramente a peor.