Alemania incrementa sus negociaciones con Arabia y otros países para lograr más envíos de gas el próximo invierno. Pero la UE no se fía y se prepara para un probable desabastecimiento por el posible corte de la exportación de gas ruso. Y España, con sus existencias en tanques de gas en el 79%, tendrá que enviar gas al norte de Europa. Bruselas se lo ha advertido ya al Gobierno: los recursos se comparten. Y la energía es un recurso necesario.
El razonamiento de Bruselas es muy sencillo: la UE está rescatando financieramente a España y España tiene que compartir su gas. El pequeño problema es que España se ha quedado a menos de la mitad del gas argelino por culpa de la entrega del Sáhara a Marruecos decidida personalmente por Sánchez.
El sistema de "Seguimiento diario del Sistema" de gas en España arroja buenos datos. La información, recabada por el gestor técnico del gas diariamente, permite consultar el estado físico del sistema a la finalización de cada jornada de consumo de gas.
La información incluye el movimiento de gas natural licuado (GNL) en plantas: niveles, producciones, descarga de buques, regasificación y carga de cisternas. También las importaciones y exportaciones por las conexiones internacionales, el detalle de la gestión de almacenamientos subterráneos y la información sobre el stock en los gasoductos. Y los niveles de España son buenos. Pero esa información también la conoce la UE.
Las existencias útiles en almacenamiento único de España alcanzan los 26.166,63 GWh/día. Las existencias comerciales en TVB llegan a 18.025,12 GWh/día. Y el stock en red de transporte asciende a 2.828,9 GWh/día. Con todo eso, las existencias en tanques finales muestran un dato de llenado total del 79%. Una buena noticia nacional. E internacional para Bruselas, que ya ha avisado de que esas reservas tendrán que servir para ayudar al norte de Europa si Rusia materializa el corte de envío de gas.
Y Pedro Sánchez sigue, mientras, con una muy particular política energética. Los datos oficiales del mes de junio recabados por el gestor técnico del gas desvelan que, en plena alerta por un posible corte de suministro de gas por Rusia, y con medio continente adoptando medidas de emergencia por la posible falta de abastecimiento, el presidente sigue auspiciando una política de exportación masiva de gas al norte de Europa y a Marruecos.
La exportación a Europa va en línea de los avisos de Bruselas. Pero la de Marruecos no debería tener cabida en esa explicación. Es más, los datos oficiales del mes de junio son difíciles de explicar en medio de una alerta por el posible corte de suministro de gas que aún no se ha materializado y debería llevar a primar más el almacenaje. Y España, por mucho que afirme Pedro Sánchez en el debate del estado de la nación, depende ya de Rusia en el 24,4% de las compras de gas. De hecho, ha pasado de niveles del 10% hasta superar ese 24% bajo su mandato y en pleno ataque de Putin a Ucrania.
Pues bien. Los datos mensuales de exportación por medio de los gasoductos muestran que desde el norte de Europa y por medio del gasoducto pirenaico se ha importado un 25% menos que en el mismo mes de 2021: se ha pasado de 958 GWh/mes a sólo 721 GWh/mes. Que, sin embargo, la exportación por este mismo tubo se ha disparado desde junio con respecto al mismo mes del año pasado: crece desde 1.265 GWh/mes hasta 3.051 GWh/mes. Se multiplica por 2,4 veces. Que el gasoducto de origen argelino que entra por Tarifa, por su parte, sigue literalmente cortado. A cero. Que por el otro gasoducto de origen argelino, el que entra en España por Almería, cada vez llega menos: cae un 5% al pasar de 7.711 a 7.345 GWh/día. Y, por último, que el tubo de Tarifa —cortado en la dirección de llegada de gas desde Argelia—, ahora se ha convertido en un medio de exportación de gas hacia Marruecos: salen 60 GWh/día.