A lo largo de la semana pasada se han publicado infinidad de noticias y análisis sobre el impuesto sobre las grandes fortunas que ejecutará el Gobierno a lo largo de 2023. El impuesto tendrá un carácter temporal, según afirma la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. En aquellas comunidades donde el impuesto de patrimonio esté bonificado al 100%, como es el caso de la Comunidad de Madrid y Andalucía, se implantará. Vamos a analizar si este impuesto es realmente una solución para la situación que atraviesan las cuentas del erario público español.
Fuga de riqueza
El término solidaridad se hace viral en multitud de declaraciones de los distintos estamentos de la sociedad como son una gran variedad de políticos, personajes influyentes, sindicatos, deportistas, actores etc… Jamás la solidaridad podría llegarnos a costar tan cara. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, aseguró y apuntaló su posición al respecto afirmando que dicho impuesto podría suponer una salida de alrededor de 13.000 contribuyentes que tendría como consecuencia la pérdida de 5.000 millones de euros aproximadamente.
Como consecuencia de estos anuncios de subidas fiscales muchos despachos de asesores fiscales y banqueros privados confirman que en los últimos días les están llegando infinidad de solicitudes de distintos empresarios y grandes patrimonios, para marcharse e implantarse en Portugal. Hay expertos que sondean la posibilidad de que sea mayor la pérdida en lo que se refiere a potencial inversión y creación de riqueza, que el beneficio fiscal de las subidas anunciadas días atrás.
Portugal puede representar una fuerte amenaza para los ingresos públicos debido a la proximidad que hay entre ambos países. También está presente el riesgo existente de perder un alto porcentaje de los mejores contribuyentes y por supuesto, destacar que, la fiscalidad lusa está mostrándose muy competitiva con respecto al exterior ya que cuenta con muchas ventajas de esta índole.
IRPF: base imponible del ahorro
Además, por otro lado, el Gobierno anunciaba el pasado viernes 29 de septiembre una subida en el IRPF en lo que respecta a rendimientos de capital superiores a 200.000 euros que pasan de tributar de un 26% a un 27%. Y en el caso de rendimientos de capital superiores a 300.000 euros el nuevo gravamen se sitúa en un 28%.
La Agencia Tributaria nos muestra en su resumen del año 2020 que las liquidaciones que estuvieron entre los 150.000 euros en adelante representan el 0,53% del total de los contribuyentes, concretamente 98.953 personas se encuentran en esos tramos, los cuales con este nuevo impuesto, harán que la caja pública incremente sus ingresos solamente en alrededor de 200 millones de euros.
IRPF: base imponible del general
En el resumen del año anterior presentado por Hacienda podemos localizar y observar que los tramos más altos del IRPF ya pagan muchos impuestos (casi el 5% de los contribuyentes con rentas de más de 60.000 euros aporta el 20% de la recaudación) y que sería un error golpeándolos por que podrían marcharse. De hecho, hay que recordar que hace poco más de un año que se producía un éxodo de los famosos "youtubers" a lugares donde su esfuerzo fiscal no significara un porcentaje tan elevado de sus ingresos.
Panorama actual
Actualmente contamos con un déficit público estructural (crezca nuestra economía o no lo haga) de 50.000 millones de euros, una deuda pública que asciende alrededor del 120% del PIB, un gasto en pensiones creciente que ya representa más del 40% del PIB y un escenario macroeconómico global que no augura buenos trimestres venideros. Dicho lo cual y tras ver los datos facilitados por la Agencia Tributaria, podemos concluir económicamente hablando que las rebajas de impuestos deben ir acompañadas de una memoria económica en la que se detalle las partidas de gasto a recortar.
Y por otro lado, si queremos equipararnos a Europa fiscalmente, ya advertíamos en este medio de la importancia de clarificar que las grandes diferencias en materia fiscal con respecto a los países del norte de Europa radican en los impuestos sobre el consumo e impuestos indirectos.
Los datos explican que estos nuevos impuestos harán crecer la cifra recaudadora (alrededor de 3.600 millones de euros en 2023 y 2024) por parte de las arcas estatales pero, también observamos que no serán ni mucho menos suficientes para cumplir con la senda de déficit marcada por la Unión Europea y tampoco para cuadrar nuestro presupuesto general.