
El Gobierno estaba decidido a asaltar todas las instituciones. Ya lo consiguió con la CNMV, en la que fichó para su Consejo a Mariano Bacigalupo, esposo de la ministra de Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, y hace lo propio con el INE, después de echar a Juan Manuel Rodríguez Poo y sustituirlo por Elena Manzanera.
La ministra de Economía y vicepresidenta primera del Gobierno Nadia Calviño, ha estado enfadada durante estos dos últimos años con el organismo estadístico. Sus intereses colisionaban frontalmente con la realidad de España que dibujaban los estudios estadísticos del INE: la EPA reflejaba un mercado laboral infinitamente más deteriorado que las estadísticas trucadas de los Servicios Públicos de Empleo de la señora Yolanda Díaz, un Producto Interior Bruto que nos situaba en último lugar de nuestros socios, siendo el único país europeo que no había recuperado los niveles prepandemia y el Índice de Precios al Consumo recordaba mes tras mes que la desastrosa política económica de más déficit, gasto y deuda enquistaa una inflación desbocada por efecto de la política monetaria del BCE.
Así, con la intención de atajar esta situación y tener mayor control de los datos que muestre la estadística, el Gobierno ha intervenido cambiando la metodología del INE en muchos aspectos, pero uno de ellos resulta crucial: la introducción de los datos de Contabilidad Nacional como principal fuente de la que bebe el INE frente a otras elaboradas por los estadísticos del instituto, basado en encuestas.
Que los datos de Contabilidad Nacional también los ofrece el INE son un hecho, pero ¿de dónde salen estos datos? ¿Cuál es la fuente original de la que emanan los datos?
El Instituto explica en su nota publicada este lunes, los principales puntos de su cambio metodológico, en el que se incluye la Contabilidad Nacional como principal fuente para la obtención de información. Pero precisamente para esto, hay que rebuscar un poco más. En su apartado de Contabilidad Nacional, el INE recoge en otra nota las principales fuentes de las que bebe para sus informes sobre contabilidad nacional.
En esta nota, el INE hace referencia a los datos empleados para el avance del PIB de 2022, referente al cuarto trimestre y cierre de año. En ella, no sólo señala los motivos por los que, dice, los datos no son definitivos, sino que enseña las fuentes de información de las que bebe para completar estos datos:
Así, Estadística emplea datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles (ANFAC) y Camiones, el Banco de España o la Red Eléctrica Española. Pero también organismos algo llamativos.
Por un lado, las fuentes de las que beberá principalmente ahora el INE para la elab oración de sus estadísticas serán ministerios: La Agencia Tributaria, la DGT, el Ministerio de Industria Comercio y Turismo, el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social o la Intervención General de la Administración del Estado figuran entre estos organismos.
Pero más llamativo que esto es que el INE se vale de la información que emana de organismos como el US Bureau of Labor Statistics, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de México, la Swiss Federal Statistical Office, el departamento de estadística del gobierno de Andorra.

Eso sí, el INE señala que en cuanto a las revisiones y actualizaciones de datos, el INE inicia este año 2023 una nueva práctica de revisión que afecta exclusivamente a los datos ajustados de estacionalidad y calendario del avance de la Contabilidad Nacional Trimestral.