Libre Mercado lleva años alertando de las nefastas consecuencias que tiene el intervencionismo en el mercado de la vivienda. La protección institucional a los okupas, las subidas de impuestos, la inseguridad jurídica que sufren los propietarios, las continuas trabas al desarrollo de obra nueva y el control de los precios del alquiler han terminado generando una situación insoportable en los mercados con mayor demanda.
Durante la Era Sánchez, el stock de alquiler se ha desplomado de forma alarmante, con una caída del 28% en los cuatro últimos años, según datos del portal Idealista. El descenso ha sido especialmente pronunciado en las provincias de Cuenca (-59%), Barcelona (-51%), Pontevedra (-48%), Valencia (-45%), Madrid (-44%), Ceuta (-41%), Ciudad Real (-39%), Guadalajara (-39%), Las Palmas (-38%) y Santa Cruz de Tenerife y Santander (-37%). También se dan caídas importantes, de más del 30%, en San Sebastián (-35%), Gerona (-35%), Badajoz y Lérida (-34%), Alicante y Málaga (-33%), Zamora (-32%) o Albacete y Soria (-31%).
La disminución del parque de oferta disponible para alquilar no se ha sentido en las provincias de Huesca, Córdoba, Palencia, Jaén, Teruel, Valladolid, Salamanca, Pamplona, Lugo o Castellón, donde de hecho se observa un incremento. De igual modo, la reducción fue inferior al 10% en Ávila (-7%), Oviedo (-6%), Zaragoza (-5%), Segovia (-4%), Logroño (-3%) o Melilla (-2%).
Otro indicador relevante para entender lo que está pasando lo tenemos en el descalce entre el número de personas que buscan piso y la cifra que finalmente consigue comprar una vivienda. En total, los datos del portal Fotocasa muestran que solo 2 de cada 10 compradores potenciales encuentran un inmueble que se ajuste a sus necesidades. En este sentido, el 32% de los compradores reconoce que no encuentra oferta en la zona donde desea comprar.
El mayor déficit de vivienda de Europa
Cabe recordar que este diario señaló el pasado año que España presenta el mayor déficit de vivienda de toda Europa. De hecho, el descuadre entre oferta y demanda es tal que un tercio de las unidades que deberían construirse en el Viejo Continente tendrían que completarse en nuestro país.
Esta circunstancia es especialmente acusada en las ciudades de mayor crecimiento, porque (1) el tamaño medio de los hogares se reduce y (2) la llegada de estudiantes y trabajadores de otras comunidades o países contribuye a aumentar el tamaño de estas urbes. La suma de ambos factores empuja al alza los precios de la compra-venta y la disponibilidad de vivienda para alquiler, contribuyendo al deterioro definitivo de un mercado lastrado por el intervencionismo.
Así las cosas, la reciente aprobación de la Ley de Vivienda puede contribuir a agravar el problema, en la medida en que las disposiciones pactadas por la coalición PSOE-Podemos intervienen de forma notable el mercado inmobiliario, con controles de precios que ya se han demostrado fracasados y otros graves errores de política económica.