Menú

Alerta roja: el Banco de España avisa de que los costes de las empresas vuelven a subir

El organismo alerta de que "la disminución de las presiones inflacionistas se ha interrumpido".

El organismo alerta de que "la disminución de las presiones inflacionistas se ha interrumpido".
Hernández de Cos, gobernador del BdE | Flickr/CC/European Central Bank

En los últimos meses, diversos organismos han evaluado los componentes estructurales de la subida de precios que viene desarrollándose en España desde hace ya más de dos años. Los estudios presentados por el Banco de España, el Fondo Monetario Internacional o la Fundación de las Cajas de Ahorros / Funcas ponen de manifiesto que la inflación no se explica por un incremento de los márgenes empresariales, sino que bebe de otras fuentes.

De entrada, no hay que olvidar que el aumento de la masa monetaria ha sido una condición necesaria para desencadenar el fenómeno que estamos sufriendo. Así, el Banco Central Europeo tiene hoy un balance 240 veces mayor que en el momento en que se puso en marcha la Eurozona y 50 veces más abultado que en 2007, momento en que estalló la Gran Recesión y la entidad con sede en Frankfurt puso en marcha todo tipo de políticas no convencionales.

Así, al contrario de lo que ha querido decir el gobierno, la raíz del problema no está en la energía, en los "cuellos de botella", en la guerra de Ucrania o en la "codicia empresarial". Si la masa monetaria se mantiene estable, el encarecimiento de la energía se compensa con el abaratamiento de otros bienes. Lo mismo ocurre con los "cuellos de botella" que se han venido dando en ciertos ámbitos del comercio internacional. Por otro lado, la guerra de Ucrania estalló cuando ya estaba en marcha la crisis de precios: en España, por ejemplo, el IPC ya llegaba al 8%. Y, si se pretende ligar todo a la "codicia empresarial", lo que hay que explicar es cómo es posible que esa supuesta conducta emerja solamente ahora y no de forma rutinaria.

En cambio, el origen de la subida de precios radica sí nos remonta a una política monetaria tremendamente expansiva que, si bien a corto plazo ha tenido el efecto inicial de aminorar la caída de la derivada de de la crisis que desató la pandemia del coronavirus, a medio plazo ha contribuido a devaluar la capacidad de compra de nuestra moneda, induciendo el peor episodio de inflación en cuatro décadas.

En este sentido, conviene recordar que aquellos países en los que no se ha producido una expansión repentina de la masa monetaria, los precios no han experimentado un repunte como el que estamos viendo en la Eurozona. Es, por ejemplo, el caso de Suiza, donde la subida de los precios ha sido un 50% menor, o de Japón, donde el IPC ha tendido a moverse en niveles mucho más bajos que los observados en el Viejo Continente.

En el caso de España, el gasto público ha sido la correa transmisora que ha exacerbado la entrada de dinero de nueva creación en la economía nacional, empujando la pérdida de poder adquisitivo y el aumento los precios. En este sentido, no se puede ignorar que el peso de Estado sobre el PIB ha crecido del 41,3% al 47,8% entre los años 2018 y 2022. Asimismo, la deuda pública ha aumentado del 100% al 114% del PIB durante el mismo periodo.

El hecho de que la expansión del gasto se cubra con deuda que, a su vez, está siendo monetizada por el BCE explica la escalada de los precios. Si acudimos a la Calculadora de Inflación del Instituto Nacional de Estadística, encontramos que el Índice de Precios al Consumo ha experimentado un aumento acumulado del 17% bajo gobierno de Pedro Sánchez (julio 2018-hoy). Por comparación, el mandato de Mariano Rajoy (diciembre 2011-junio 2018) se saldó con una tasa de variación del 4,3%.

Demoledora encuesta del Banco de España

Dicho esto, ¿podemos anticipar un cambio a mejor en los próximos meses? El Banco de España acaba de publicar los resultados de su encuesta trimestral y lo cierto es que, según reza el informe publicado por la entidad que dirige Pablo Hernández de Cos, "el proceso de disminución de las presiones inflacionistas iniciado a finales del año pasado se ha interrumpido a lo largo del último trimestre. En concreto, el indicador que mide la evolución de los costes de las empresas ha repuntado nuevamente en el último periodo, después de haber encadenado tres trimestres a la baja".

He ahí un problema estructural para reducir la inflación. Si los costes de las empresas siguen aumentando, es casi imposible esperar que los precios que pagan finalmente los consumidores puedan experimentar una caída. Y, con arreglo a los datos que ha facilitado el Banco de España, el porcentaje de empresas que han experimentado un incremento en sus precios ha subido en casi diez puntos, hasta situarse ya en el entorno del 60%. Además, mirando al cuarto trimestre, la mayoría de empresas anticipan que sus costes se van a enquistar, pero no a reducir, de modo que la mejora de la situación no está a la vista para el presente año.

bde-encuesta-empresas-precios.png

El estudio también recoge un análisis de los condicionantes de la actividad empresarial. Según el Banco de España, el principal problema está en la subida de los costes energéticos, seguido de la incertidumbre sobre el rumbo de la política económica que seguirá nuestro país tras el resultado de las últimas elecciones generales. Otros problemas serían la no disponibilidad de mano de obra adecuadamente preparada, los obstáculos en el suministro de los proveedores o la demanda insuficiente.

De modo que, tomando nota de la encuesta del Banco de España, el final de la crisis inflacionista se sigue retrasando en el tiempo y en ningún caso llegará antes de 2024. No hay que olvidar, además, que el último boletín de IPC comunicó una inflación subyacente superior al 6%.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios