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Los agricultores retrasan la siembra con el precio del abono disparado, Israel en crisis y falta de lluvias

La incertidumbre se apodera del campo: "Se sembrará mucho menos".

La incertidumbre se apodera del campo: "Se sembrará mucho menos".
Pixabay/CC/artellliii72

Los agricultores denuncian que el precio de los abonos y los fertilizantes sigue disparado, precisamente cuando el campo está iniciando las labores de la nueva campaña de siembras y justo cuando aumenta la demanda por parte del sector. Por si fuera poco, los profesionales del campo temen las consecuencias del brutal ataque de Hamás contra Israel y las posibles tensiones inflacionistas.

La organización agraria ASAJA de Castilla y León ha denunciado que en la campaña actual, las cotizaciones del cereal han retrocedido a las marcas medias previas a la invasión rusa de Ucrania, pero no ha sucedido lo mismo con el precio de venta del fertilizante.

Por su parte, el portavoz de la asociación SOS Rural, Daniel Ruiz, denuncia que ya llevamos tres años de subidas de precio: "Lo del año pasado fue una locura. Y este año, aunque los precios empezaban a bajar, se ha recuperado la tendencia alcista. El abono nitrogenado y la potasa cuestan el doble". Ruiz también precisa que "el incremento de los costes no es solo consecuencia de la guerra de Ucrania, sino que la escalada del precio de las materias primas ya viene de antes".

La estadística de Precios Pagados Agrarios elaborada por el Ministerio de Agricultura recoge que el precio de los abonos y fertilizantes ha ido bajando poco a poco de forma constante desde el pasado mes de noviembre. Sin embargo, la estadística todavía no recoge los datos de los tres últimos meses, que es cuando los agricultores comienzan a adquirir el abono de sementera y normalmente se registra un repunte de los precios.

Por lo general, los agricultores preparan el terreno antes de sembrar con abonos complejos o NPK (nitrato, fósforo y potasio). Dependiendo de la concentración de esos tres elementos, el precio del abono complejo ronda desde los 431 euros por tonelada hasta los 760 euros por tonelada, según las cifras de junio del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, los agricultores denuncian que estas cifras se han disparado en el último mes.

Al elevado precio del abono, apunta ASAJA, "hay que sumar también los incrementos registrados en prácticamente todo lo que es necesario para llevar adelante la explotación agrícola (gasóleo, maquinaria, rentas, etc.), junto a la subida que el pool Agroseguro aplicará en las pólizas".

Desde SOS Rural, Ruiz añade que los agricultores están conteniendo la respiración porque la situación podría ser incluso peor: "Como la crisis de Oriente Medio siga yendo a mayores y siga subiendo el petróleo y el gas, esto puede ser una hecatombe. Y si a eso le sumamos el hecho de que no llueve, esta puede ser una campaña desastrosa".

Incertidumbre entre los agricultores

Todo este incremento de costes de producción obliga ya a los agricultores a ser "extremadamente prudentes en sus planes de siembra", señala ASAJA, "dado que además vienen de una campaña pésima, marcada por la sequía".

"La clave es la lluvia", añade Ruiz de SOS Rural. "Ahora mismo hay mucha incertidumbre. Con las reservas de agua bajo mínimos, los agricultores no tienen más remedio que esperar y retrasar la siembra. Y mucha gente incluso se lo planteará, porque el año pasado se gastaron el dinero en unas semillas y unos abonos de una cosecha que, en muchos casos, no se recogió. Este año, mucha gente no quiere que le pase lo mismo y van a dejar los terrenos sin sembrar".

"Se sembrará mucho menos", señala Ruiz, "y los que tienen frutales, viñedos, olivos… tenderán a consumir menos abonos precisamente por el incremento de los precios".

Para ASAJA, "en estos momentos, el sector agrario no puede más que limitar su capacidad productiva, porque los costes para poder producir son muy altos y no hay ninguna garantía de que puedan ser compensados. Algo que tiene consecuencias para el campo, pero también para la sociedad, porque se está minando la capacidad de producir alimentos".

"Estas limitaciones productivas no solo obedecen a los costes de producción, sino que también se están propiciando con programas como los ecorregímenes, que muchas veces están yendo en contra de la lógica agronómica", añaden.

Por el momento, concluye esta organización regional, "en Castilla y León las consecuencias de esta presión sobre el productor se observan no tanto en las hectáreas cultivadas -que en las últimas campañas descienden lentamente- como en un cambio en la orientación hacia producciones no idóneas para nuestras tierras o que realmente no tienen demanda".

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