La UE ha sentenciado a muerte a los microplásticos. Desde los trocitos de plástico empleados en la inmensa mayoría de los campos de fútbol de hierba artificial donde juegan infinidad de chavales en toda Europa, hasta la purpurina o todo un eterno catálogo de utensilios que usan los famosos microplásticos deben desaparecer de la vida diaria de los españoles y de todo el resto de ciudadanos comunitarios. Y entre ese listado, Bruselas ya ha especificado que tampoco se libran, atención, ni los neumáticos de los coches ni incluso las cápsulas de los detergentes.
La UE los denomina "pellets de plástico". Y está empeñada en erradicarlos porque "los gránulos de plástico son la materia prima utilizada para producir todos los plásticos, también conocidos como nurdles, puntas y gránulos de resina. La mayoría de los gránulos son microplásticos (hasta 5 mm), mientras que una parte menor podría ser un poco más grande". Y, según esa reciente comunicación de la UE, su uso es una de las cosas más graves que ha conocido.
"Durante la fabricación u otros procesos en la cadena de suministro (por ejemplo, el transporte), una fracción de esos gránulos pueden derramarse o perderse en el medio ambiente. Una vez en el medio ambiente, estas pequeñas partículas de plástico no se biodegradan y no se pueden eliminar. Se acumulan en los animales, incluidos los peces y los mariscos, y, en consecuencia, también son consumidos por los humanos en los alimentos", dice Bruselas. Y "contribuyen a la contaminación con microplásticos, que se han encontrado en los ecosistemas marinos, de agua dulce y terrestres, así como en los alimentos y el agua potable". Una amenaza letal, según la Comisión Europea.
"Su liberación continua contribuye a la contaminación permanente de nuestros ecosistemas y cadenas alimentarias. La exposición a microplásticos en estudios de laboratorio se ha relacionado con una serie de efectos negativos (eco)tóxicos y físicos en los organismos vivos. También es probable que los microplásticos sean tóxicos para los seres humanos", añade en su descripción de catástrofes insalvables.
Pero el documento, acto seguido, encuentra la forma de convertir esta amenaza en un factor de pago: "De acuerdo con el principio de "el contaminador paga", los operadores económicos deben asumir los costos de las medidas necesarias para cumplir con los requisitos y demostrar el cumplimiento a través de la certificación o autodeclaración de terceros. Se espera que estos costos sean limitados", señala. "Las autoridades públicas de los Estados miembros son responsables de comprobar el cumplimiento y, en caso de incumplimiento, de imponer medidas correctivas y, en su caso, sanciones. No hay costes para los ciudadanos", añade. Pero, por supuesto que lo habrá: todo encarecimiento es trasladado al precio final, como es obvio.
El documento señala que "la Comisión ya ha emprendido muchas medidas para luchar contra la contaminación plástica, tanto en la UE como a nivel internacional. Esto incluye iniciativas sobre productos de plástico como plásticos y envases de un solo uso, así como medidas sobre microplásticos añadidos intencionalmente en los productos".
En cuanto a las "liberaciones involuntarias de microplásticos de otras fuentes principales, como pinturas, neumáticos, textiles sintéticos, geotextiles y, en menor medida, cápsulas de detergente", la UE señala lo siguiente: Pinturas: "Las pinturas son ampliamente utilizadas y, en promedio, un 37 % están basadas en polímeros de plástico, lo que las convierte en una fuente importante de liberación de microplásticos". 2. Neumáticos: "La abrasión de los neumáticos conduce a la liberación de microplásticos. 3. Textiles sintéticos: "La mayoría de las prendas de vestir ahora están hechas de fibras de plástico que liberan microplásticos". 4. Geotextiles: "Los geotextiles son una fuente de liberaciones de microplásticos, ya que son en su mayoría sintéticos, se utilizan en condiciones adversas y no se eliminan al final de su vida útil. 5. Cápsulas de detergente: "Las cápsulas de detergente para ropa y lavavajillas a menudo dependen de una película de plástico soluble para dispensar su producto durante el lavado. Sin embargo, la biodegradación completa de esta película aún no se ha demostrado y posiblemente pueda causar contaminación por microplásticos".