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El legado que deja Escrivá en la Seguridad Social: el doble de deuda, previsiones imposibles y más impuestos a todos

Escrivá deja el cargo con las cuentas del sistema de Seguridad Social todavía más calamitosas que cuando entró.

Escrivá deja el cargo con las cuentas del sistema de Seguridad Social todavía más calamitosas que cuando entró.
La nueva titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha recibido la cartera del ministerio de manos de José Luis Escrivá | LM

José Luis Escrivá ha cerrado su etapa en el Ministerio de Seguridad Social. Esta semana, el expresidente de la Airef le entregaba esta importante cartera económica a su sucesora, Elma Saiz. A partir de ahora, Escrivá pasará a comandar el nuevo ministerio que Pedro Sánchez ha creado para él: Transformación Digital.

Este movimiento nada tiene que ver con un castigo para el ministro, sino que Sánchez estaría preparando un premio para Escrivá si Nadia Calviño (todavía al frente de Economía) logra hacerse con el puesto en el Banco Europeo de Inversiones (BEI) que tanto desea. Si esto sucediera, el líder del PSOE podría convertir a Escrivá en su superministro económico adjudicándole todos los poderes de Calviño.

Lo cierto es que Elma Saiz, antes consejera de Hacienda de Navarra en el gobierno de María Chivite (PSOE), es una completa desconocida en el área económica nacional. Del discurso de Saiz en su toma de posesión de esta semana se atisba que la nueva ministra va a llevar a cabo una labor continuista del legado de Escrivá. Así, parece que su principal gran reto será la transferencia de la gestión de la Seguridad Social al País Vasco (y quizá Navarra) que Sánchez ha pactado con el PNV.

Más gasto... y más impuestos

Mientras tanto, Escrivá se despide de una legislatura en la que las cuentas del sistema de Seguridad Social todavía son más calamitosas que cuando entró. Una de las razones principales de este nefasto escenario es que su reforma de las pensiones no contempla una sola disminución del gasto para reducir el agujero del sistema y sólo se decanta por subir masivamente los impuestos.

Este plan ha sido duramente criticado por todo tipo de organismos y casas de análisis, que alertan de que condenará a nuestro país a tener todavía más difícil la tarea de equilibrar las cuentas de la Seguridad Social. Y es que, por muchos impuestos que haya programado subir el ministro, el aumento de la recaudación no será suficiente para afrontar la subida de gasto que se avecina debido a tres razones principales:

  1. Cada vez hay más pensionistas.
  2. Las pensiones cada vez son mayores.
  3. Escrivá ha planeado elevar todavía más las prestaciones, por ejemplo, con la revalorización de las pensiones al IPC o subiendo más las no contributivas.

En concreto, la reforma de Escrivá se ensaña especialmente con las rentas altas, es decir, con los trabajadores mejor formados y que trabajan en las empresas que mejor pagan. Lo hace subiendo de las bases máximas de cotización y estableciendo una "cuota de solidaridad" para la parte del salario que actualmente no cotiza debido a que supera el tope máximo de cotización.

Además, este año el Gobierno ha empezado a elevar un 0,6% las cotizaciones sociales de todos los trabajadores y empresas dados de alta en la Seguridad Social (ya sean autónomos, independientemente de lo que ganen, o empleados) y pretende duplicar esa subida en 6 años. Estamos hablando de más de 20 millones de afectados. Así, cada año, este incremento fiscal irá aumentando un poco más. Para 2024, la subida será del 0,7%.

El doble de deuda

Tampoco hay que olvidar que el ministro ha estrenado este año también la reforma del régimen de cotización de los autónomos que obliga a los autónomos a cotizar por sus ingresos reales (y no por la base mínima que es lo que venía haciendo la mayoría). Este cambio supondrá que los trabajadores por cuenta propia que ingresen más de 1.700 euros al mes pagarán más que ahora y los que ingresen menos, se quedarán igual o pagarán menos.

Escrivá le ha comunicado a Bruselas que, por la vía de los autónomos y gracias a otros muchos motivos, como que el PIB se dispare o el paro baje a un nivel desconocido en nuestra historia, los ingresos de la Seguridad Social serán suficientes para sostener el sistema. Sin embargo, esas previsiones tan optimistas han sido puestas en entredicho por diferentes organismos (esta semana la Comisión Europea y antes la Airef, por ejemplo).

De hecho, la tensión de las cuentas del sistema es tal, que ha sido con Escrivá de ministro cuando la deuda de la Seguridad Social ha superado la friolera de los 100.000 millones de euros. Nunca antes en la historia de nuestro país los pasivos del sistema habían llegado a ese punto. Según los últimos datos de septiembre, el endeudamiento de la Seguridad Social se situó en la friolera de los 106.172 millones, un 7% más que un año antes. Si comparamos la cifra actual con los 55.024 millones de 2019 (el primer ejercicio completo de Escrivá en el Gobierno) vemos que la cifra se ha duplicado y que el sistema ya habría quebrado si no es por esta razón y por las recurrentes transferencias que le hace el Estado.

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