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Bidones de tecnología estadounidense a la espera de 2073: lo que hará Almaraz con el combustible gastado

Almaraz, como el resto de centrales españolas, deberá agrandar sus almacenes ante la renuncia al ATC.

Almaraz, como el resto de centrales españolas, deberá agrandar sus almacenes ante la renuncia al ATC.
Maniobra de traslado de un contenedor al ATI de Almaraz. | CNAT

En 2006, echó a andar el proyecto para construir en España un almacén nuclear "centralizado" con el objetivo de custodiar en un único punto el combustible gastado de todas las centrales españolas, que ya empezaban a no encontrar sitio en las piscinas, hasta la construcción de un almacén definitivo. Casi veinte años después, los planes que en su día impulsó el Gobierno Zapatero fueron definitivamente enterrados por el Gobierno de Pedro Sánchez dejando mucho trabajo y dinero por el camino y habiendo forzado a las centrales españolas a buscar soluciones alternativas ante los retrasos primero y el carpetazo después al almacén, que debía haberse inaugurado en la segunda década del siglo.

En las primeras décadas de actividad, todo el combustible gastado de las centrales españolas se fue almacenando en las piscinas, unas estructuras de hormigón recubierto de acero ubicadas junto al reactor construidas para enfriar y almacenar bajo el agua el combustible recién sacado del reactor. Pero ante su llenado, y la inexistencia del ATC, las centrales comenzaron a construir almacenes en seco, los denominados "almacenes temporales individualizados" (ATI), consistentes en una losa antisísmica en la que se depositan contenedores cargados con elementos combustibles, anclados al suelo y monitorizados.

Cuatro de las cinco centrales españolas en activo ya cuentan con uno, entre ellas la central nuclear de Almaraz, en Cáceres, y primera de la lista en el calendario de cierre del Gobierno. Según explicaron a LD en una visita a las instalaciones que incluyó el almacén nuclear, el actual ATI está a un 85 por ciento de su capacidad desde que se trasladó el primer contenedor desde la piscina, en 2018. En la actualidad hay 17 contenedores, que salen en horizontal del edificio de combustible y son luego colocados en vertical sobre la losa mediante una enorme grúa. Los bidones protegen el combustible irradiado mediante un doble circuito de helio monitorizado a distancia.

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La central trabaja ya, como otras centrales españolas, en un almacén mayor, con capacidad "total", que permita descargar el combustible más allá de 2028 y que es necesario tanto si la central continúa en funcionamiento más allá de su fecha de cierre como si finalmente es clausurada en 2027. Si la central cerrara, la primera tarea de desmantelamiento sería el vaciado total de la piscina; además, el nuevo almacén también albergará otros residuos de alta actividad. En cualquier caso, señalan desde Almaraz, hoy por hoy tienen "capacidad suficiente para operar la central hasta las fechas contempladas en el PNIEC".

El futuro almacén, en el que trabaja "un equipo multidisciplinar" y cuyo Diseño Básico ha sido presentado ante Transición Ecológica, tendrá una capacidad mucho mayor, de hasta 125 contenedores: unas dimensiones que deberían ser suficientes para albergar los residuos hasta que esté listo el almacén geológico profundo (AGP), un proyecto que aún está en pañales y que las propietarias querrían adelantar hasta la década de los 50.

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Llegada del contenedor al ATI. Una grúa especial lo colocará en su emplazamiento definitivo | CNAT

El nuevo ATI consistirá también en una losa de almacenamiento "segura", de 125 por 32 metros, y que albergará unos bidones de tecnología distinta a los actuales. Según explicaron desde la central, ENRESA, la entidad pública encargada de la gestión de residuos, ha elegido un modelo de contenedor común para todas centrales que cuenta con "un sistema ya licenciado y ampliamente empleado en Estados Unidos", el HI-STORM FW versión G de la compañía Holtec Internacional que permite refrigerar el combustible por convección natural y proporciona protección física y contra la radiación.

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El ATI de Almaraz, a un 85% de su capacidad | CNAT

Los contenedores deberán proteger el combustible varias décadas, hasta que esté preparado el AGP: un almacén subterráneo en terrenos considerados geológicamente estables y a una profundidad de entre 500 y 1000 metros que busca ser una solución definitiva y por la que han optado países de nuestro entorno (Finlandia ya lo tiene casi listo). Para esta tarea, que implica primero la selección del lugar idóneo en algún punto de nuestro país, harán falta políticos con altura de miras, según reconocen fuentes del sector.

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