La política económica de Sánchez es equivocada. En lugar de liberarse de prejuicios y transformar estructuralmente la economía nacional, Sánchez opta por el gasto público, la subida de impuestos y el intervencionismo, vía trabas, que hace que España se rezague.
Todo ello, en medio del gran número de turbulencias económicas que existen en este momento, que aventuran un otoño muy difícil. Pues bien, la posición en la que llega nuestro país con Sánchez es delicada.
Así, España es el segundo país de la OCDE donde más ha caído el ingreso real per cápita en el ITR-2022, según el último informe que dicha organización ha publicado. De esta manera, de las cuatro grandes economías de la zona euro, es la que más ha visto cómo mermaba el poder adquisitivo de sus ciudadanos, todo ello, derivado de la inflación.
Así, mientras que en Alemania la pérdida de ingresos reales caía un 1,9% en Alemania, un 1,7% en Francia y aumentaba ligeramente en Italia (un 0,3%), en España caía un 4,1%.
Con un nivel similar de población en España respecto al trimestre previo, esta caída de los ingresos reales per cápita en España demuestran que, realmente, la mayor parte del crecimiento económico nacional viene dado por el PIB nominal, que se eleva debido a la inflación.
En este sentido, claramente se ve que las políticas de Sánchez empobrecen más a los españoles, pues teniendo toda la eurozona una política monetaria común, de manera que la inflación y, por ello, la pérdida de poder adquisitivo, deberían ser similares, el peor registro de España es consecuencia de la equivocada política económica de Sánchez, que al aumentar el gasto y no bajar los impuestos tensa más los precios en España, que origina una mayor inflación y que empobrece más a los españoles, frente al mejor comportamiento de Italia, Francia o Alemania, por tomar las otras grandes economías de la eurozona.
Esa brecha en los precios entre España y la media de la eurozona y de las otras principales economías de la zona euro, ya más de dos puntos, es lo que está empobreciendo más a los españoles.
Además, el resto de la OCDE y de la zona euro -salvo Austria- también se comportan mejor que España.
No hay una única política económica posible: hay una política económica de incremento de gasto, déficit, deuda e impuestos, que aplica Sánchez, que tensa los precios y empobrece a los españoles, dificultando que puedan llegar a fin de mes; y hay otra política económica, de control del gasto, reducción de deuda, de estabilidad y de disminución selectiva de impuestos y deflactación del IRPF para ayudar a las familias en su día a día. Y distintas políticas dan distintos resultados: al aplicarse la de Sánchez genera que los españoles se empobrezcan más.
España necesita una política económica clara, previsible, que se preocupe por los problemas de los ciudadanos; que no los asfixie a impuestos; que elimine el gasto ineficiente e improductivo para no seguir aumentando la deuda; que acuda en auxilio de los ciudadanos bajando los impuestos a la energía y deflactando el IRPF, dando facilidades a los españoles.
España no está ni para ocurrencias ni para populismos, sino para una política económica seria, que solucione los problemas de los ciudadanos.