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Domingo Soriano

La socialdemocracia para 'dummies' que no entiende Sánchez: el primer mandamiento es "amarás a los ricos"

Suecia tiene más milmillonarios per cápita que EEUU. Y en los países del norte de la UE, las grandes empresas suman un alto porcentaje del empleo.

Suecia tiene más milmillonarios per cápita que EEUU. Y en los países del norte de la UE, las grandes empresas suman un alto porcentaje del empleo.
Pedro Sánchez y la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin. | EFE

Me encuentro, mientras preparo la próxima Pizarra, con dos estadísticas de las que llaman la atención:

  • Suecia tiene más milmillonarios (billionaries para los americanos) per cápita que EEUU (por supuesto, también que España)
  • También Suecia es el segundo país de la UE en el que un porcentaje más elevado de trabajadores está contratado por una gran empresa (aquellas con más de 250 empleados)

No son datos nuevos. Pero merece la pena traerlos por aquí precisamente en esta "semana Ferrovial".

La izquierda española tiene una relación peculiar con los ricos. Por eso, tras el anuncio de la compañía de Rafael del Pinto, la respuesta de Pedro Sánchez, Nadia Calviño, José Luis Escrivá (quizás el más populista ha sido el que se suponía más moderado) o Ione Belarra han sido la consecuencia normal de esa extraña lógica que podríamos resumir como:

  • No nos gustan los ricos; el país iría mejor si hubiera menos
  • Todas las medidas para incrementar el gasto público las soportarán los que más tienen, a los que subiremos los impuestos
  • Los ricos y las grandes empresas que se marchan de España demuestran así su codicia
  • Debemos proteger a los que menos tienen de la avaricia de los que más acumulan
  • Las condiciones laborales en las grandes empresas son horribles; hay que ayudar a las pymes, que son las que crean empleo de calidad
  • Y podríamos seguir...

El problema de este listado es que contiene proposiciones que son contradictorias entre sí. Si uno piensa que los ricos y las grandes empresas son malos... que se marchen debería ser una buena noticia. Pero entonces el problema es que no tienes a nadie para pagar esos nuevos impuestos, porque se suponía que todas las subidas tributarias iban a recaer sólo en los más ricos.

Al mismo tiempo, si son tan codiciosos, entonces está claro que cualquier noticia sobre subida de impuestos les empujará a la fuga. Porque su prioridad es su cartera, a la que ponen por delante de todo, incluso de su país. Pero entonces tampoco les podrás cobrar mucho, porque se marchan al enterarse de lo que les vas a cobrar; por lo que las medidas anunciadas siempre tendrán mucho menos impacto en el presupuesto de ingresos del que podría pensarse.

El ‘casoplón’ y el Cayenne

En realidad, en los países del norte de Europa que nos ponen a menudo como ejemplo, no sólo es que haya ricos. Es que hay muchos y muy ricos. No hablamos sólo de milmillonarios, que no dejan de ser unos pocos casos que, además, pueden desvirtuar la estadística: España tendrá uno menos y caerá en la clasificación si Rafael del Pino sigue a su empresa y fija su residencia en Holanda; pero tendría 5 milmillonarios más si Marta Ortega se queda embarazada mañana de quintillizos y les dona a cada uno 1.000 millones en acciones de Inditex.

De los megamillonarios que salen en la portada del Fortune también tienen unos cuantos; pero lo que tienen a patadas las Suecia, Holanda, Noruega, Dinamarca... son ricos de los de casoplón a las afuertas de Goteborg, Cayenne en el camino de entrada al chalet, segundo casoplón para las vacaciones en la costa alicantina, barquito en el puerto deportivo de Altea y un millón de euros en activos financieros en un fondo de inversión ni muy agresivo ni demasiado conservador.

También tienen multinacionales. También a patadas. El de Gotemburgo y Altea trabaja en una de ellas. El de la portada de Fortune la fundó. Los cinco países europeos con un porcentaje más elevado de trabajadores en empresas de más de 250 empleados son Francia, Suecia, Alemania, Holanda y Finlandia (y Dinamarca no aparece porque ahora mismo en la tabla de Eurostat no tiene datos; el día que actualicen, estará ahí, háganme caso).

Además, aunque en las listas de desigualdad de ingresos es verdad que esos países suelen estar entre los más igualitarios del mundo, en desigualdad de patrimonio no salen igual. De hecho, Dinamarca o Suecia suelen estar entre los países europeos más desigualitarios en riqueza (mucho más que España, desde luego).

"Amarás a los ricos"

En estos países, hace tiempo que comprendieron que la idea no era despreciar a los ricos, sino atraerlos. Que es de cajón: si todo tu modelo económico se basa en recaudar mucho y en sistemas fiscales progresivos (ya sea desde el lado de los ingresos o, como es más habitual en el caso de los nórdics, en el del gasto)... necesitas muchos ricos. Si hubiera unos mandamientos socialdemócratas comenzarían así: "Amarás a los ricos por encima de todas las cosas, porque ellos serán los que te financiarán todo lo demás".

Podríamos resumir los principios que rigen la política económica en estos países en dos puntos:

  • "Te cobraré, a ti más que a tu empresa, muchos impuestos, sobre todo al consumo... pero en todo lo demás, vivirás en uno de los países más dinámicos del mundo". Mercado laboral muy flexible, todo tipo de facilidades para crear una empresa, apertura comercial total, etc. Por eso, en las clasificaciones y los índices de libertad económica, en todo lo que no tiene que ver con impuestos o gasto público, están siempre muy arriba (también en seguridad jurídica)
  • "Te cobraré muchos impuestos... pero con lo que te quede podrás hacer lo que quieras". Y, desde luego, no te insultaré porque te quede mucho tras los impuestos. En las encuestas sobre valores y consideración social, los españoles se muestran mucho más desconfiados hacia los ricos y hacia las empresas que los ciudadanos suecos, daneses o alemanes. La retórica anti-ricos de nuestro Gobierno sonaría muy extraña en esos países.

Cuidado, a mí este modelo socialdemócrata no me gusta. Puestos a elegir, me quedo con Irlanda o Suiza. Dos países más ricos, en los que se vive igual de bien (o mejor) y no te sablean de esa forma. Pero ahí entraríamos en otro debate. Lo que digo es que si algo debería tener claro la izquierda española es que en el manual de Socialdemocracia para Dummies, el primer capitulo está dirigido a atraer ricos y el segundo a conseguir que se queden. Cortejarlos es la clave, no insultarles.

Porque, además, tampoco tienen claro el otro punto importante: el orden de los factores. No atraes ricos subiendo impuestos y recaudando mucho. Es al revés: primero, los ricos; y una vez que los tienes y les dejas generar mucha riqueza, intentas cobrarles sin que se te escapen.

Si lo haces al revés, no te sale. Si intentas primero subir los impuestos para parecerte a Suecia... no lo conseguirás.

Por eso, termino volviendo a tirar de la metáfora económica que más he usado en mi vida: subir la presión fiscal para igualarte con Dinamarca es como pensar que, comprándote un Ferrari, tu cuenta corriente será como la de un millonario (porque todos los millonarios tienen un deportivo en el garaje). Está claro que no funciona así: lo primero por lo que tienes que empezar es por ser millonario; y una vez que lo consigas, te podrás comprar el Ferrari. A este capítulo tampoco han llegado Sánchez, Escrivá o Calviño. La otra opción (tener unos impuestos disparatados antes de ser un país rico) ya lo han intentado Grecia o Argentina. Spoiler: no les ha salido demasiado bien.

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