La Unión Europea sigue importando alimentos cargados de pesticidas cuyo uso está prohibido para los agricultores de los Estados miembros, pero no para los de terceros países. Después del caso del arroz indio y de Pakistán tratados con triziclazol, llegan ahora directas a España las aceitunas de Marruecos, con presencia del insecticida clorpirifos, también vetado dentro de las fronteras de la Unión Europea.
El clorpirifos es un insecticida que se utiliza para controlar plagas de insectos en una amplia variedad de cultivos. El clorpirifos-metilo también se utiliza para tratar cereales almacenados y almacenes vacíos. A finales de 2019, la Comisión Europea prohibió su uso a los agricultores europeos porque "los expertos concluyeron que existen preocupaciones relacionadas con la salud humana, en particular en relación con la posible genotoxicidad y neurotoxicidad del desarrollo", según explica la propia UE.
Sin embargo, el pasado 18 de agosto, se realizó un control fronterizo a un envío de aceitunas de mesa sabor barbacoa importadas desde Marruecos y recién llegadas a España, listas para su distribución. Los resultados de la analítica demostraron una presencia del clorpirifos en una proporción de 0,067 mg/kg-ppm, cuando el límite máximo de residuos (LMR) está fijado en 0.01 mg/kg-ppm, según la notificación publicada por el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF).
El informe, que califica el suceso como "grave", también señala que las aceitunas se han distribuido en territorio español, aunque no incluye más características específicas sobre el producto, la marca o el envasado, más allá de que se tratan de "aceitunas barbacoa".
La UE dio a Marruecos 115 millones de euros
En este sentido, cabe recordar que la Unión Europea, con las bendiciones del Gobierno de Pedro Sánchez, está financiando los cultivos de olivos de Marruecos con ayudas millonarias. El propio Ejecutivo reconoció que dentro del Plan Económico y de Inversiones de la UE para la Vecindad Meridional, se ha concedido a Marruecos 115 millones de euros para "apoyar el desarrollo ecológico, integrador e innovador de los sectores agrícola y forestal de ese país", mayoritariamente el olivo.
Sobre los efectos del clorpirifos para la salud humana, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó un informe en el año 2019 en el que mostraba su preocupación sobre "posibles efectos genotóxicos, así como efectos neurológicos en los niños". Por su parte, una investigación conjunta entre las facultades de Farmacia y Bioquímica y de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y científicos de la Universidad Nacional de Comahue (Argentina), han comprobado que la exposición a bajas dosis de clorpirifos (CPF) produce cáncer de mama.