Pedro Sánchez ha puesto en jaque esta semana al sistema de financiación autonómica. El PSOE ha pactado con ERC la gestión, recaudación y liquidación del 100% de los impuestos que se pagan en Cataluña, un acuerdo que fue ratificado ayer viernes por las bases republicanas.
La entrega de "la llave de la caja" al independentismo -a cambio de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalidad- supone excluir a Cataluña de realizar aportaciones a la caja común, lo que aniquila por completo el principio de solidaridad interterritorial.
Con este escandaloso privilegio, los independentistas calculan que van a controlar unos 60.000 millones de euros gracias a los ingresos que obtendrán tras quedarse con todos sus impuestos. Según la consejera de Economía y Hacienda de la Generalidad, Natàlia Mas, el primer tributo que Sánchez les va a otorgar es el impuesto estrella de Hacienda: el IRPF. Cataluña asumiría ya en 2025 el control de la figura fiscal por la que más recaudan las regiones.
El declive económico catalán
A cambio de la desconexión financiera de Cataluña, la región promete entregar al Estado un cupo y una "cuota de solidaridad temporal" por los servicios públicos estatales de los que se beneficia y sobre los que no han dado detalles. Evidentemente, esos dos pagos serán menores de lo que aportan ahora al sistema. Además, como ocurre con el caso del País Vasco y Navarra, cabe esperar que establezcan una fórmula carente de transparencia.
Aunque Cataluña es la segunda región más rica de España, su economía lleva años en declive, por lo que la desesperación de sus gobernantes por conseguir fondos es total. Y gracias a Sánchez lo van a conseguir.
Fue en el año 2018, cuando la Comunidad de Madrid dio el sorpasso definitivo a Cataluña como primera economía nacional, coincidiendo con el desafío separatista, que provocó una fuga masiva de empresas y una gran inseguridad jurídica en la región. Los últimos datos de la Contabilidad Regional de España publicados por el INE confirman el buen desempeño de la región de Isabel Díaz Ayuso frente a Cataluña (261.713 millones vs 255.153 millones).
En PIB per cápita, Cataluña se sitúa por debajo de País Vasco y Navarra.
La región más endeudada de España
Cabe recordar que, a finales de 2023, Sánchez también agasajó a ERC con la condonación de la friolera de 15.000 millones de euros de parte de la deuda que Cataluña tiene con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Este instrumento fue ideado por Cristóbal Montoro en 2012 para facilitar el endeudamiento de las autonomías a través del Estado. O dicho de otra forma, para evitar que quebraran.
Los últimos datos del Banco de España también evidencian que Cataluña es, con diferencia, la comunidad autónoma con el mayor pasivo de España: 87.253 millones de euros.
Un infierno fiscal
Y Cataluña ha decidido endeudarse a esos niveles a pesar de que es una de las regiones españolas que más asfixia al contribuyente. Por ejemplo, tal y como se observa en el último informe del "Panorama de Fiscalidad Autonómica" del REAF, se observa que Cataluña es la que más impuestos cobra a las rentas medias.
Así, un contribuyente que obtiene rentas del trabajo, soltero, menor de 65 años, sin hijos y que ingresa una renta bruta de 30.000 euros, pagará 5.039 euros en IRPF si vive en Cataluña, frente a los 4.600 euros de los residentes de Madrid. Algo similar ocurre si el ciudadano gana 45.000 euros: pagará 9.688 euros si reside en Cataluña frente a los 8.886 euros de Madrid, una diferencia de casi 1.000 euros.
Tanto en el Impuesto de Sucesiones como en el de Patrimonio, Cataluña también cobra mayores impuestos que la media, sin olvidar también que, Cataluña es la autonomía española que más impuestos propios tiene. Un total de 11 figuras tributarias, después de que la Justicia le haya tumbado muchas más.