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¿Subirá el precio del vino? Otra mala noticia para el campo

La producción de vino estimada, según los datos compartidos por el Ministerio y el sector será de 36,5 millones de hectólitros.

La producción de vino estimada, según los datos compartidos por el Ministerio y el sector será de 36,5 millones de hectólitros.
Cepa 21

La sequía de los últimos meses ha afectado gravemente al campo. En este sentido, el producto que ha sufrido un mayor impacto ha sido el aceite, cuyo precio ha aumentado a niveles desorbitados.

Sin embargo, la producción de vino también se ha visto reducida en la última campaña. Así, como ya hemos informado en esRadio, según los datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, respecto del año anterior "la producción de vino para la campaña 2023/2024 descenderá un 15% como consecuencia de las circunstancias climatológicas adversas", situándose en términos absolutos en 30,8 millones de hectólitros de vino y mosto. De este modo, la producción de la actual campaña se suma a los 36,5 millones de hectólitros de la anterior, sumando 67,3 millones de hectólitros.

Así las cosas, y de acuerdo con COPA COGECA, España permanece como tercer productor de vino a nivel internacional, por detrás de Francia (cuya producción creció algo más de 1,5%) e Italia (que también registró una caída del 12% en su producción vinícola).

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COPA COGECA

Con todo, desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (que cifran la producción de este año en 34,24 millones hectólitros de vino y mosto) explican en declaraciones a Libre Mercado que, en efecto, la principal causa de la reducción de la producción estaría en las condiciones climáticas.

Esto mismo nos explican desde Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, que inciden en que durante este año se ha vivido una sequía muy importante, con un invierno muy seco, que se ha añadido a la que se arrastraba desde el año 2022. Por esto, se esperaba una gran caída de la producción, que finalmente no fue tal porque ya casi en junio llegaron las lluvias, lo que salvó en cierta medida las cosechas. No obstante, no podemos olvidar que, como nos indican desde COAG, la producción total (menos de 35 millones de hectólitros, dicen) de este año se ha situado un 25% por debajo del promedio histórico (unos 42 millones de hectólitros).

Desde la Federación Española del Vino añaden a la sequía (que, expresan, sobre todo, ha afectado en zonas de secano), entre las causas, los episodios de calor extremo en algunas zonas, que también ha mermado el desarrollo de la uva y ha hecho que la cosecha sea menor. Asimismo matizan que el problema con la cosecha se ha visto agravado por la reducción de la producción de la denominación Rioja, que es la principal, pero en zonas como Galicia, dado que ha llovido más, la producción incluso ha crecido respecto del año anterior.

En este contexto, la evolución de los precios parece incierta. Por un lado, desde UPA, que no creen que la situación sea "demasiado buena", no se aventuran a hacer previsiones de cómo evolucionará el precio del vino en los próximos meses, dado que hay muchos variables y elementos que entran en juego y pueden afectar a estos precios (como, por ejemplo, las tendencias internacionales o las exportaciones e importaciones).

A este respecto, desde COAG sí creen que lo más probable es que los precios suban, dado el bajo nivel de las cosechas. Desde esta misma asociación nos informan de que esto es algo generalizado, porque la cosecha en Francia está 3-4% por debajo de la media y en Italia un 14%. Por todo ello, indican, esperan un repunte de los precios a granel.

Desde la FEV expresan que, en todo caso, el precio lo marca principalmente el mercado y después la disponibilidad del producto, porque está habiendo zonas, como Cava, en la que está habiendo tensiones derivada de la conjunción de mala cosecha (30% inferior media histórica) y alta demanda, mientras que en otras en las que también se ha resentido la producción, al no haber tanta demanda, los precios no se han visto tan afectados. Sobre todo, esto se nota en los vinos tintos, cuya demanda a nivel mundial se está ralentizando en favor de los blancos y espumosos.

Esto es algo que confirma los datos de la Organización Interprofesional del Vino de España (Oive), que reflejan que el consumo también se está reduciendo, pues en julio se registró una caída interanual del 6,5%.

Preguntados respecto de los ataques en la frontera francesa a camiones que transportaban productos vinícolas españoles, desde UPA subrayan que esperan que no se repitan y que fueron intolerables e injustos. Es, en realidad, una gran preocupación para ellos porque las autoridades policiales francesas acostumbran a no actuar en estos casos, y piden a las autoridades españolas que pida explicaciones y actúe con contundencia y a las europeas les recrimina que no se hayan pronunciado. Y es que, como explican, lo cierto es que la UE debe garantizar el libre tránsito de mercancías para hacer valer sus fundamentos fundacionales.

Esta misma asociación ya publicó un comunicado en el que denunciaban que "el sector del vino vive un momento muy complicado", puesto que "la rentabilidad de los viticultores se ha hundido hasta el punto de poner en peligro su supervivencia en prácticamente todas las regiones españolas".

Por su parte, desde COAG lamentan que la respuesta de las autoridades francesas ha sido tenue: no hay multas a Francia ni a los infractores, y no ha pasado nada y no se está defendiendo el área común de mercado. Alertan de que si no hay sanciones económicas volverá a suceder y de los peligros de frenar el proceso globalizador, porque el sector se ha dimensionado para competir a nivel internacional y es un peligro volver a los aranceles, a los cuales se le junta la "guerra al alcohol".

En declaraciones a Libre Mercado, desde FEV valoran muy negativamente los ataques porque es volver a unas maneras que parecían olvidadas. Recuerdan que ya en 2017 se creó un comité mixto hispano-francés en el que se sienta todo el sector y los gobiernos y que era un foro de diálogo para la solución de problemas en el que deberían haberse quejado los franceses.

Finalmente, como balance general, desde COAG explican que "pese a la situación de incertidumbre que se abordaba el año pasado por estas fechas, con la economía mundial desestabilizada por distintas variables que incluían la guerra de Ucrania, los resultados no han sido tan dramáticos y drásticos como se pensaban" y destaca que entre las principales preocupaciones del sector se encuentran la propuesta del Reglamento de Uso Sostenible de Fitosanitarios (SUR) y la posible nueva legislación relativa el vino por parte de Reino Unido tras el Brexit. Lo primero, porque afectará gravemente a la producción de uva; lo segundo, puesto que perjudicará a las exportaciones españolas de vino hacia Reino Unido.

Desde COAG también se muestran preocupados por la evolución del sector, que se ve afectado por una regulación de la PAC muy agresiva y otras normativas muy agresivas en lo medio ambiental y critican que están hechas por funcionarios que "no conocen la realidad del campo". Así, nos informan de que estas normativas cambian rápidamente y no permiten que los agricultores de adapten. Con todo, expresan que, según sus datos, la exportación de vino español genera unos 3.000 millones de euros, muy alejados de los 9.000 y 12.000 millones de euros que respectivamente generan las exportaciones francesas e italianas a pesar de que la producción de vino y mosto son cercanas a las de Francia e Italia. Y es que hace diez años el sector español del vino era el 12% del mundial; hoy es menos del 10%. "Algo estamos haciendo mal", explican, aunque tengamos la mayor superficie de viñedo del mundo

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