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María Jesús Montero, la mayor recaudadora de la historia que blindará todo el poder económico a Sánchez

Montero ha disparado en más de 50.000 millones la recaudación del Estado. Tampoco escatima en elevar el gasto público hasta niveles récord.

Montero ha disparado en más de 50.000 millones la recaudación del Estado. Tampoco escatima en elevar el gasto público hasta niveles récord.
Calviño entrega la cartera de vicepresidenta primera y ministra de Hacienda a María Jesús Montero | EFE

María Jesús Montero está de enhorabuena. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado viernes el ascenso meteórico de la actual ministra de Hacienda desde el cargo de vicepresidenta cuarta del Ejecutivo a vicepresidenta primera. Montero sustituirá en la mayor de las vicepresidencias a la exministra de Economía, Nadia Calviño, que se marcha a su ansiado puesto en el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Las socialistas se deshicieron en elogios la una a la otra en el acto de intercambio de poderes del viernes. Montero consideró a Calviño "una verdadera amiga" a la que "voy a echar muchísimo de menos". Según la ministra de Hacienda, tan conectadas están, que "solo con mirarnos ya nos entendemos. Solo con mirarnos sabemos si la línea es la correcta o no". Calviño tampoco se quedó atrás con los azucarados calificativos sobre la que considera su "melliza aunque a primera vista no lo parezca. Es mi hermana". Su relación sería tan auténtica, que hasta habría "dejado atrás esa leyenda urbana de que los ministros de Economía y Hacienda no se llevan bien" presumió.

En el acto también participó el elegido (después de algún que otro rechazo) para dirigir el Ministerio de Economía en el lugar de Calviño: Carlos Cuerpo. El nuevo ministro económico y exsecretario general del Tesoro Público sustituirá a la nueva presidenta del BEI, pero sólo en la cartera económica. Y es que, Sánchez ha reservado la vicepresidencia primera para dar más poder a Montero.

El expolio de Montero al contribuyente

Bien es cierto que el premio de Sánchez a Montero era de esperar. La andaluza ostenta la cartera de Hacienda desde que el líder del PSOE llegara al gobierno en 2018 y ha ejecutado fielmente dos de los principales objetivos del Ejecutivo socialcomunista: disparar el gasto y los impuestos.

En materia tributaria, María Jesús Montero no ha dejado impuesto sin subir. La ministra de Hacienda ha incrementado varias veces el IRPF, Sociedades, los impuestos al coche, ha subido el IVA a los refrescos, las primas de seguros y tampoco ha dudado en asestar otro sablazo fiscal a los propietarios vía catastrazo entre otras estocadas fiscales. La excusa más recurrente de Montero con cada anuncio es que sus subidas impositivas van dirigidas a los "ricos", pero nada más lejos de la realidad. Las rentas medias y bajas, a las que el Gobierno de Sánchez dice proteger, han sido igualmente golpeadas.

La infinita creatividad fiscal de la que ahora también será la máxima autoridad económica del Ejecutivo le ha permitido al Gobierno de Sánchez inventarse una larga lista de nuevos gravámenes. La Tasa Tobin, la Tasa Google, el Impuesto al Plástico o los impuestazos "temporales" a banca y energéticas (que todavía seguirán en vigor) son algunos de ellos.

Montero también ha dedicado sus esfuerzos a erosionar la autonomía fiscal de las CCAA con fórmulas como el Impuesto de las Grandes Fortunas (también supuestamente "temporal", pero que seguirá en 2024) dirigido expresamente a la Comunidad de Madrid. De hecho, la región de Ayuso ha sido el gran enemigo a batir de Montero por tener una política fiscal totalmente contraria a la de la socialista: reducir la asfixia al contribuyente. En materia autonómica, elevar el Impuesto de Sucesiones por la vía de la "armonización" es una de las tareas que todavía le queda pendiente a Montero y que afectará, sobre todo, a las regiones del PP. Las herencias todavía están en juego en esta legislatura.

Festín recaudatorio de Montero

Otra de las medidas en las que Montero se ha distinguido de las Consejerías de Hacienda de algunas CCAA, como Madrid o Andalucía, es en lo relativo al efecto de la inflación en el IRPF. La socialista se ha negado en redondo a deflactar la parte estatal del IRPF desde que comenzara la tormenta inflacionista en el año 2021. Deflactar la tarifa del IRPF consiste en tener en cuenta la inflación a la hora de cobrar impuestos impidiendo que un contribuyente pague más a Hacienda cuando su poder adquisitivo no ha aumentado. Si Hacienda decide ignorar este efecto, se produce la llamada "progresividad en frío", donde un ciudadano acaba pagando más impuestos cuando aumenta su salario (no su poder adquisitivo) y pasa al siguiente tramo impositivo del IRPF (que es más alto). Es decir, se trata de una subida de impuestos encubierta con suculentos beneficios para Hacienda.

Como ya explicamos en Libre Mercado, Hacienda puede llegar a ingresar unos 162 euros extra en sueldos de 35.000 euros al no deflactar la tarifa y hasta 400 euros por trabajador en salarios muy altos. Así, esta trampa estaría detrás del aumento sin precedentes en la recaudación por IRPF.

Según los últimos datos de noviembre, el fisco ha ingresado por el impuesto estrella de Hacienda la friolera de 112.591 millones de euros, 10.000 millones de euros más que un año antes. Sin embargo, a pesar del éxito recaudador de Montero, desde hace unos meses otros tributos como el IVA, que también se ha beneficiado sobremanera de la inflación, muestran los primeros síntomas de agotamiento. En concreto, hasta el décimo mes del año, Montero ha recaudado 661 millones menos por este tributo, aunque es una cantidad que compensa sobremanera con lo ingresado de más por el IRPF.

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Por ello, a pesar del pinchazo en el IVA, la recaudación global ha vuelto a batir un nuevo récord para Montero: 252.927 millones de euros hasta noviembre, lo que supone 13.138 millones más que hace un año. Esta cifra histórica supera en 58.222 millones de euros los 194.705 millones que recaudó Montero desde enero hasta el mismo mes de noviembre, pero del año 2018.

Así la recién ascendida ministra se ha convertido en una recaudadora muy rentable para Sánchez, que necesita extraer toda la riqueza que pueda de la economía productiva para financiar los ingentes niveles de gasto público, que también han batido récord. A pesar de tener que cumplir con las reglas fiscales de Bruselas en 2024, el Gobierno no piensa rebajar un sólo euro la partida de gasto, y Montero contribuirá a ello. Con su nombramiento, la ministra que más fácil se lo ha puesto a Sánchez también refuerza su posición frente a Yolanda Díaz y desactiva cualquier cambio de política económica que pretendiera ejecutar Carlos Cuerpo.

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